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domingo, 11 de octubre de 2009

MI DOMINGO (2)

Hoy volví a Misa de 8 de la mañana en el Asilo, pero hoy me atreví a tomar algunas fotos, por supuesto que lo hice antes de que empezara la Misa, aunque luego, despistadamente grabé unos pequeños pedacitos de la Misa en video.



Es conmovedor ver a las religiosas -casi tan ancianas como las ancianas que cuidan- acomodándolas en la Capilla, según conocen a cada una, las que van en silla de ruedas, las que pueden estar en una banca, los que quieren estar al frente, los que se van a dormir y sólo despertar cuando la religiosa les da la comunión. El señor ciego que hoy supe se llama Santos y "ve" el futbol. Una viejita, flaquita muy endeble, estaba junto a mí y temblorosa de ponía de pie apoyándose en la banca y su bastón y en una ocasión quise ayudarle y me dijo muy seria que "no"...

Para mi se ha vuelto toda una aventura esta nueva manera de asistir a Misa, ahora voy sola, caminando, lo que me da tiempo para prepararme, llego temprano y puedo ver todos los preparativos, la comunidad de matrimonios; el coro de jóvenes -hijos de los matrimonios- haciendo ajustes a sus instrumentos; la monitora, los recepcionistas, los que barren y acomodan; el señor del sonido que dice alabanzas para probar el micrófono, la llegada del sacerdote saludando viejitos.... ahora ya están las puertas abiertas, pues se quitó el calor y entra más luz.

No por ser una Misa en el Asilo de ancianos, es una celebración triste, sino muy alegre al estilo carismático por el grupo de Matrimonios, todos se conocen, se saludan y llenan la capillita, al principio me sentía algo extraña pero poco a poco me estoy volviendo "conocidilla" y saludo a los que me saludan como si fueramos los grandes amigos. Los cantos con instrumentos eléctricos llenan el lugarcito, y se crea un ambiente festivo aunque a veces quisiera que fuera un poco mas suave.

La religiosa me volvió a dar la comunión en el relicario para Helena y luego por los nervios me adelanté para recibir yo la comunión. Hoy el Señor me envolvió y me apretó, lo tenía en mi corazón al comulgar, los que me rodeaban lo habían recibido también y lo tenía en mi relicario, luego detrás de mi pasaron los ministros de la comunión llevando el copón hacia el sagrario del asilo, tocando una campanita.

Guardé al Señor en la bolsa de mi blusa junto a mi corazón y la reliquia de Madre Inés y le encargué que cuidara ese tesoro que llevaba escondido. Otra vez vine cantando alabanzas que me sé como: "bendito, bendito, bendito sea Dios, los ángeles cantan...." y también: "Mi Jesús Sacramentado, yo te adoro y te bendigo..." hice también una estación de adoración: Yo creo... Yo espero...yo amo.... Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Le pedí que fuera bendiciendo a todo el que se cruzara en el camino.

Llegué a la casa, y Helena ya estaba oyendo la Misa en la TV con el Padre Pepe Alvarez, encendí el cirio y subí con el Señor y le dije te traigo un Regalo: "El Cuerpo de Cristo"... y se lo dí.... es tan dulce y tan fuerte, yo nunca he sido ministro de la comunión, sólo en esta circunstancia y con el permiso de mi párroco me he atrevido a tomar al Señor en mis manos.


A Helena le gusta mucho ver bebitos, cuando podíamos ir a Misa con ella se entretenía viendo los bebitos, cada domingo le pedía a la Virgen que pusiera bebitos cerca de nosotros, pues ahora hasta en la TV entre los asistentes había un bebito...¿no es eso un detalle del amor tierno del Señor por mi hija?

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