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domingo, 6 de diciembre de 2009

MI DOMINGO (6)

Hoy, segundo domingo de Adviento, la Capilla estaba totalmente adornada de signos navideños, el nacimiento en un esquinita del altar, con su cielo de tul azul oscuro y foquitos como si fueran las estrellas, la corona de Adviento, guirnaldas todo alrededor de la capilla con lucecitas y noches buenas naturales adornando el altar, su vestimenta morada, los ornamentos morados, Al cuadro de la Virgen de Guadalupe le pusieron unos focos especiales que prenden y apagan suavemente de un tamaño mas grande y todos abrigados hasta las orejas porque aunque no lo crean en Mexicali también hace frío.

Chole, (104 años) como con cariño todos llamamos a Soledad, la llevaron en su silla de ruedas y la acomodaron donde siempre, más al rato llegó Bertha y se quería poner en la banca de adelante y Chole le jaló la chaqueta y le dijo: !a dónde vas!, Bertha se quejó con la Hna., !qué no me controle!, pero estaba bromeando, se sentó junto a ella y le dijo: «quiero a mi Chole, quiero a mi Chole», (para los que no saben o no se acuerdan esa era una expresión de una película muy antigua de Cantinflas), me dio mucha risa. Bertha es la señora que no quiere que le ayude a levantarse, y no le gusta platicar, pero hoy venía muy contenta; se dirigió a mi y me dijo: «Hace frío, frío de nieve..... cuando era niña una vez nevó en Mexicali y yo toqué la nieve con las manos pero no sentí nada y mis papás dijeron que el universo se había volteado».

Ya en la homilía el Padre Alan habló sobre preparar el corazón para la venida de Jesús, y decía que el Señor llega contento a un corazón con amor, paz, buenas obras etc. pero que le cuesta llegar a un corazón con rencor, odio, envidia y...otras cosas que es mejor no nombrar....un viejita que creí que estaba dormida dijo: !grítelo Padre, grítelo!.... entonces el Padre habló sobre la Reconciliación, y la importancia de confesarse.

La Hna. Ana Imelda me entregó al Señor para Helena, y todo el camino de regreso a la casa vine dando gracias porque aunque las cosas no nos han salido nada bien, sin embargo Él que es el dueño del Cielo y la tierra quiere venir escondido conmigo y hacerme saber que es el Verdadero Tesoro.

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