Las líneas pastorales diocesanas, los proyectos diocesanos comunes deben ser "tus proyectos pastorales" y "tus propios proyectos". Como discípulo y misionero no puedes hacer caso omiso de ellos y hacer tu propia batalla. No puedes hacerle al francotirador. En la pastoral no hay "trabajadores autónomos", todos somos jornaleros del mismo dueño. Trabajar unidos en tu parroquia, decanato y diócesis, significa respetar las características de la zona pastoral y responder a ellas con coherencia y comunión de criterios.
Sólo así puedes participar de la vocación de tu diócesis, que está llamada a ser "comunidad misionera". Con tu Iglesia y desde tu Iglesia sal al encuentro de los que aún no creen en Cristo en tu propio territorio y responde a los problemas de la sociedad en la cual estás inserto.
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