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jueves, 28 de enero de 2010

SANTO TOMAS DE AQUINO


Diversas anécdotas


Su vida es rica en anécdotas. En cierta ocasión, su hermana Teodora, que le había hospedado en su castillo de Maenza para que descansara, le preguntó: ¿Cómo seré yo santa? Y santo Tomás respondió con una sola palabra: Queriendo.

Estando un día recogido en oración en la capilla de San Nicolás de Nápoles, oyó la voz de Jesús Crucificado que le decía: Has escrito muy bien de Mí, Tomás. ¿Qué recompensa quieres de Mí por tu trabajo? La respuesta del Santo no se hizo esperar: Señor, no quiero ninguna cosa, sino sólo a Ti.

En el mismo lugar, en la fiesta del santo titular de la capilla, san Nicolás, día 6 de diciembre del año 1273, mientras celebraba la Santa Misa, tuvo una visión. A partir de aquel día no volvió a escribir ni a dictar. Interrogado por fray Reginaldo, su confesor, el motivo por el cual no escribe, santo Tomás respondió: No puedo, no puedo. Todo lo que he escrito es paja en comparación con lo que Dios me ha hecho ver.


En otra ocasión, un religioso de su misma Orden le dijo en broma: ¡Eh, hermano Tomás, venga a ver volar un buey! Y santo Tomás fue a mirar por la ventana, ante la risa del bromista. La réplica de Tomás fue: Prefiero creer que puede volar un buey, a que un religioso pueda mentir.

Sabio y santo

En el mismo instante de su muerte, su antiguo maestro, san Alberto Magno, ve en su convento a fray Tomás en brazos de Santa María entrar en el Cielo y lo anuncia lloroso: Ha muerto fray Tomás, flor del mundo y luz de la Iglesia.

Su doctrina permanece, continúa iluminando. Impresionante es el elogio que hace de santo Tomás el cardenal Bassarión en plena época del Renacimiento: Santo Tomás es el más santo entre los sabios y el más sabio entre los santos. Elogio que reitera el papa Pío XI, ya en el siglo XX.

Desde la suprema cátedra de San Pedro, los Romanos Pontífices claman a voz en grito: Id a Tomás cuantos suspiráis por la verdadera ciencia teológica que conduce al conocimiento de Dios.

Los papas, unánimes, le proclaman: Doctor Común, Doctor Universal, Doctor de la Iglesia, Doctor Angélico, Doctor Eucarístico, Patrono de Universidades, Liceos, Institutos y Escuelas Católicas.

Sixto V hizo pintar una imagen suya en la Biblioteca Vaticana con la pluma en la mano derecha y el sol en el pecho irradiando rayos de luz sobre la Iglesia que sostiene en la izquierda, y esta inscripción: Los escritos de santo Tomás son aprobados por Cristo crucificado. Allí se le contempla junto a la Cruz. Bien se entiende aquella afirmación de santo Tomás: Mi libro es el Crucifijo.

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