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martes, 9 de febrero de 2010

CONFLICTO EN EL NOVICIADO


Conflicto en el Noviciado


Este floreciente desarrollo de la Congregación no se libra de nuevas crisis. En 1967, la etapa formativa del noviciado tomaba toda la seriedad de una escuela bien organizada. El cuerpo docente estaba integrado por sacerdotes y religiosas de la Escuela Catequista que las examinaban con sinodales a cada una en particular. La formación de una novicia implicaba aprobar tres cursos que en total comprendían 540 horas de estudio. ¿Cómo suponer que a ese nivel de desarrollo alcanzado, la maestra de novicias planeaba apropiarse del sólido grupo de jóvenes para con ellas fundar un nuevo instituto? Aun cuando ni la más perspicaz lo hubiese sospechado, así sucede. En su trabajo subversivo, esta religiosa, encargada de la formación espiritual de las aspirantes a misioneras, envuelve a la mayoría de las postulantes y novicias; y no contentándose con eso, envía una carta a la Santa Sede que incluye una serie de acusaciones. En resumen ella asegura que el 98% de las religiosas están descontentas.

Como respuesta, de Roma llega la orden de que un asistente religioso observe cuidadosamente, y muy de cerca, a la Congregación. Una puñalada le hubiera provocado menos sufrimiento a la Madre Inés, que impresión de saberse traicionada. No obstante, se pregunta, hasta dónde ella podía ser culpable de esto. ¿Quizá – se cuestiona – mi posición como superiora ya no es conveniente? Es entonces cuando piensa convocar a un Capítulo General Especial para renunciar a su cargo y solicitar al Capítulo reunido, la elección de una nueva Superiora General. Todo esto lo comenta al Sr. Obispo de Cuernavaca, Monseñor Méndez Arceo, pero él rechaza la idea de su renuncia. Según el Obispo, debe continuar con ese cargo porque la Congregación la necesita más que nunca. Ella, muy a su pesar, es dócil y obediente.

Por su parte, la religiosa que encabeza la subversión, da por hecho, que muchas de las hermanas secundarán sus planes de separarse de la Congregación de Misioneras Clarisas. La realidad es muy distinta, cuando les pide que se reúnan con ella en Chihuahua, ciudad del norte de México, sólo unas cuantas la siguen. Meses después en el instituto se enteran que poco a poco sus seguidoras la van dejando sola.

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