MI DOMINGO. La medallita

Hoy al salir de la Misa, después de pasar unos apuros porque a Helena le dio un ataque de llanto sentimental, pero que gracias a Dios se le pasó antes de la comunión, repartimos otra vez medallitas de la "Medalla Milagrosa" con la estampita que se ve a la derecha. Me gusta mucho ver el amor y el interés que la gente pone ante el "regalito", algunos besan la medalla, otros, la guardan con mucho cuidado, otros más se devuelven y piden otra, para su hija, para su abuelita o para una muchacha.... pero nadie se queda indiferente.

Y además, les comparto que, sin pedirlas, me llegó otro lote de medallitas, por lo que seguiremos repartiendo hasta donde más podamos. María quiere estar muy cerca del corazón de cada uno, quiere que pensemos en Ella, que la invoquemos, que la amemos. Su Corazón Inmaculado es tan tierno y amoroso que se regala Ella misma para auxiliarnos y protegernos. Su mensaje se sigue repitiendo en cada medallita: "acerquense a mi Hijo", "arrepiéntanse", "amen el Corazón de Jesús" "vengan a mi Corazón Inmaculado".

Hoy recordé algo que nos sucedió hace varios años cuando el Señor Ulises Macías era nuestro Obispo (ahora Arzobispo de Hermosillo, Sonora). En aquellos años yo andaba para arriba y para abajo en las cosas de la Iglesia, iba a Encuentros, Retiros, Jornadas, Asambleas etc. etc. fueron buenas épocas, y para todos lados me llevaba a Helena. Una vez en uno de tantos retiros, nos acercamos a saludar al Sr. Ulises y le dije: yo sé Sr. Obispo que ud. no nos conoce pero queremos pedirle su bendición. Y para mi gran sorpresa nos dijo: ¡claro que los conozco! son los Rojo y siempre te veo con tu "medallita" (porque siempre la traía colgada conmigo) y señaló a Helena. Además ella se llama como mi mamá: Elena...... !Ah! nos dejó con la boca abierta.

 Así que ahora nuestra misión, hoy por hoy, es la de repartir "medallitas". (no la mía) sino las de María.