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viernes, 17 de septiembre de 2010

PENSAMIENTOS MADRE MARÍA INÉS. Amor

*59*Cuando el amor de Dios aguijonea a un alma y ésta se siente embargada, obsesionada por este divino amor, no necesita de nada más.

*60* Ya que mi Señor ha tenido para mi, tan exquisitas manifestaciones de ternura, yo debo corresponder a su amor con amor. Con ese amor que se da sin reservas, aun en las agonías de las penas, en los debilitamientos del cuerpo, en ese malestar que aniquila muchas veces, en dolores continuos físicos, en fin, en todo aquello que contribuya a la salvación de las almas; vencimientos de la naturaleza, mortificación del espíritu y del corazón.

*61* Me basta decir: Encarnación del Verbo, para que mi imaginación se forje ese cuadro hermosísimo, misterio de amor, de amor inmenso, infinito, de un Dios a su criatura miserable, para darle, desde este instante la más expresiva muestra de su ternura.

*62* Cuando todos mi movimientos, mis acciones, todas estén regladas por el puro amor de Dios y de su gloria, sin que en ellas se mezcle nada de vanidad ni de amor propio, entonces puedo decir, que en realidad he empezado a amarlo.

*63* Que así Señor, como tú amas, ame yo; que no me acuerde de lo que pueda herirme, sino para perdonar como tú.

*64* Procuraré pagar amor con amor, en cuanto es posible a este pobre corazón mío, tan miserable, tan pequeño.

*65* Quisiera que mi vida fuera un batirse de amor, un duelo de amor continuo, a ver cuál de los dos vencía. ¡Qué locura! ¿Quién había de vencer, sino tú que no te dejas vencer en generosidad? Pero al menos te probaré mi amor a la medida de mis fuerzas, y con esto te agradaré, con esto estarás contento de mi, con esto te compraré muchas alma.

*66* Cuando sienta que Dios me ataca con las armas de su amor, iré con mi Madre celestial, le pediré las suyas, y las dos juntas atacaremos a Jesús… entonces ¿quién vencerá?

*67* Dios mío, ¿cómo es que no muero de amor? ¿Cómo es que no arde este pobre corazón mío? ¿Por qué no se derrite al contacto de las llamas de tu amor?

*68* Dame que te ame, Dios mío, como tú mismo me amas. Dame que te ame con el corazón de María, tu dulce Madre mía.

*69*Que mi vida sea un programa de amor. Que mi vida sea un acto de continua oblación.

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