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lunes, 8 de agosto de 2011

VERBUM DOMINI (Palabra de Dios)


Cuando leo la Biblia, siempre tengo unos trocitos de papel al lado. Cada día apunto un versículo nuevo que tengo a la vista en mi mesa de trabajo durante toda la jornada. Un versículo que medito, rumio y repito en mi corazón. De forma que aunque leo la Biblia en un momento del día, después esa lectura es como si se prolongara a lo largo de todas las horas del día. Es un modo de tener la Palabra de Dios presente en mi alma todo el tiempo.
Os comparto tres de estos versículos.
He aquí el que me entrega se aproxima. Mc 42, 42. De este versículo me llamó la atención de que el sacerdote es el que entrega a Cristo a los otros. El sacerdote o le entrega a las ovejas o le traiciona. O se santifica o se convierte en un Judas. También me llamó la atención la palabra he aquí, como si Dios quisiera que miráramos los dos misterios. El misterio del apóstol fiel y el del traidor. Es como si Jesús dijera: ecce Iudas. Es curioso, el Agnus Dei exclamando: ecce Iudas.
Y así Dios hizo recaer sobre Abimelec el mal que él había hecho contra su padre. Jue 10, 56. De este versículo lo que aprendo es que tanto el bien como el mal recae sobre nosotros. En mayor o en menor medida. A través de la misericordia de Dios o de su justicia. Pero, ya en este mundo, el bien y el mal que hacemos recaen sobre nosotros.
El Espíritu de Yahveh revistió a Gedeón. Jue 6, 34. Al leer este versículo pensé que a través de la oración nos podemos revestir del Espíritu de Yahve.

Blog del P. Fortea 8 de Agosto de 2011

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