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jueves, 1 de septiembre de 2011

ENTRONIZACIÓN DE LA BIBLIA

MES DE LA BIBLIA 2011

ENTRONIZACIÓN DE LA BIBLIA



Ambientación

§  Preparar un atril, mesa o lugar destacado para colocar una Biblia grande. Velas encendidas a los lados de la misma.


1. Motivación
      Nos hemos reunido alrededor de la Palabra de Dios, que ilumina nuestras vidas. Al igual que el antiguo Pueblo de Dios, somos peregrinos, seguidores del Señor que sigue hablándonos en las Escrituras.
   


3. Oración
            Padre nuestro, lleno de ternura y misericordia,
            te agradecemos porque nos has enviado
            a Jesús, tu Hijo Amado..
            Nos disponemos a recibirlo con fe:
            Queremos abrir nuestros corazones y todo nuestro ser
            a su Palabra, que es fuente de vida para nosotros.
            y nos pongamos efectivamente
a la escucha de Jesús, tu Palabra viviente,
que todos, nos ubiquemos como discípulos de Jesús
y lo anunciemos a los demás
para que nuestro pueblo, en Jesús, tenga vida y vida abundante. Amén.

    
4.    Lectura de la Biblia                
Escucharemos la narración de la vocación del Apóstol San Pablo, tal como es narrada en el libro de los Hechos de los Apóstoles:
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 22, 3-16  

5.  Reflexión

v  Por tres veces es narrado en el libro de los Hechos de los Apóstoles este pasaje: de la conversión o vocación de Saulo, señal de que era considerado muy importante para las primera comunidades cristianas.
v  “Yo soy judío. Nací en Tarso de Cilicia…”. Pablo nos ofrece una especie de breve autobiografía, donde hace notar sus orígenes judíos, su relación con el mundo griego (ciudad de Tarso) y su cuidada formación como rabino (con el gran Gamaliel).
v  “Siempre he defendido con pasión las cosas de Dios”. Esta expresión nos hace notar el temperamento de Saulo: decidido, fervoroso, creyente, hasta llegar al extremo de perseguir a quienes no piensan como él.
v  “Oí una voz que me decía: Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues? Yo respondí: ¿Quién eres, Señor?”. En el camino hacia Damasco, Saúl recibe el inmenso regalo de encontrarse con Jesús Resucitado. Más allá de lo externo, él “HA VISTO A JESÚS” y esta experiencia lo marcará para el resto de su vida.
v  Todos nosotros estamos llamados, como Pablo, a encontrarnos con Jesús en algún punto del camino de nuestra vida; felices quienes lo acepten desde sus primeros años.
 

6.   Peticiones 

Ahora, expresamos libremente nuestras oraciones con la confianza de los hijos que se dirigen a su Padre y la de hermanos reunidos en familia.
Luego de cada petición, respondemos: “Dios, Padre Nuestro, escúchanos”.

Expresar oraciones espontáneas o preparadas con anticipación.

Oremos
Dios, Padre de Jesús y Padre Nuestro,
que nos amas, y por eso nos hablas
para llevarnos a la salvación.
Te agradecemos por habernos dado a Jesucristo,
tu Hijo Amado, tu Enviado.
Él es tu Palabra viva,
que nos revela tu rostro de Padre misericordioso.
Danos tu Espíritu, para que aprendamos a escucharlo
con un corazón abierto y sencillo,
para que tu Palabra pueda dar fruto en nuestra vida. Amén.


7. Bendición final y canto
El guía o animador toma la Biblia y la levantándola, dice:

v  Que el Padre, que desde un principio condujo la historia de su Pueblo, hasta la llegada de su Hijo, Palabra de Vida, y que nos ha llamado a proclamar su Plan de amor entre los hombres y mujeres, cuide providentemente de nosotros.
Todos             Alabado seas por siempre, Señor

v  Que Nuestro Señor Jesucristo, Hijo y Enviado del Padre, que nos invita a seguir sus pasos y continuar su misión, nos acompañe, ayudándonos a ser sus seguidores y seguidoras.
Todos             Alabado seas por siempre, Señor

v  Que el Espíritu Santo, que el Padre y el Hijo enviaron sobre su pueblo, nos enseñe a escuchar la Palabra que nos salva y nos haga anunciadores entusiastas de que el Reino ya ha empezado.
Todos             Alabado seas por siempre, Señor


Y la bendición de Dios Todopoderoso Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nuestras comunidades y sobre cada uno.
Todos             Alabado seas por siempre, Señor

Canto final


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