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sábado, 31 de diciembre de 2011

MISIÓN CONTINENTAL. Pasión de hermano


Como hermano, comparte tus bienes y tus dones, lo que tienes y lo que eres. Recibiste una vida que la mereces dándola, y la salvas en la medida en que la entregas. No pongas tu tarea evangelizadora al margen de esta corriente de entrega: entrega personal y entrega social. Arranca de tu corazón el egoísmo que te cierra a los demás y que tiende a hacerte el centro de todos y de todo. Y ayuda a arrancar el egoísmo social, que organiza la vida en beneficio de unos pocos, dejando a mucha gente en la cuneta. Como evangelizador, aviva tu interés y colaboración en la construcción de una sociedad más justa y fraterna. Ten espíritu crítico para descubrir y denunciar los atentados anti-fraternos en la organización de la sociedad. No "comulgues con ruedas de molino", aceptando, sin más, lo que en la organización política, económica y social atenta contra muchos y favorece a unos pocos. La pasión de hermano no la vives sólo creando espacios cálidos de convivencia en una sociedad injusta y anti-fraterna; la vives también, y sobre todo, cuando te implicas con valentía en hacer de toda la sociedad un único y amplio espacio de fraternidad. Y cuando pienses en la sociedad, no te reduzcas al pequeño mundo en el que vives, abre tu corazón al mundo entero y duélete con todos los pobres de la tierra. También ellos son tus hermanos; y de su vida y de su muerte eres también co-responsable.

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