LA SONRISA DE MADRE MARÍA INÉS

Me visitó una amiga que tenía mucho de no ver.... me platicó su calvario buscando a un hijo que tiene problemas de drogadicción y cómo después de una vida en la que solo se encomendaba a Jesús y María y veía a los santos como gente buena a la cual mirar con afecto pero nunca para invocarlos.... en una noche de tremenda angustia.... invocó al Papa Juan Pablo II, le pidió entre lágrimas que él le pidiera a la Virgen, que tanto amaba, que le diera señales de su hijo.... se durmió ya de madrugada y la despertó una llamada de su sobrina que le decía aquí está tu hijo y quiere verte..... Desde entonces, los santos son sus grandes héroes, sabe que cuenta con ellos para que intercedan ante Dios por nosotros, le llama la atención los santos contemporáneos, le entusiasma que le hablen de ellos. Por supuesto que el Beato Juan Pablo es de sus preferidos, pero.... al escucharme hablar de Madre María Inés su interés fue mucho.... escuchó cada palabra que le dije y no me quedó más remedio que darle la última reliquia que tenía de ella.... la mía.....Sé que esa reliquia cumplirá su cometido. Cuanto le pida mi amiga se lo concederá, sobre todo ahora que está por ser beatificada mi buena Madrecita Inés.... nunca está lejos, sus oídos están atentos, su amor a la Virgen de Guadalupe nos lo comunica cada día.... y su sonrisa brilla cada día más y más.