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jueves, 21 de junio de 2012

VIVO EN LA IGLESIA, ES MI CASA

Esta semana que pasó tuve, a Dios gracias, mucho trabajo, es por eso que he descuidado un poco el blog, pero próximamente me pondré al corriente.  El verano lejos de ser aplastantemente caluroso es una oportunidad de investigar, leer, preparar, adelantar.... como por ejemplo, este año de la Fe que pronto se convertirá en realidad.... cuánta riqueza esperando que la hagamos nuestra... ya ayer el Vaticano puso a nuestro alcance el "libro de trabajo" con el que los Obispos de todo el mundo realizarán con el soplo del Espíritu Santo el XIII Sínodo que este año estará centrado en  "La Nueva Evangelización para la transmisión de la Fe Cristiana".
También es tiempo de gozar de "El Tiempo Ordinario"... ir con Jesús caminando con Él por los caminos de Judea llevando el anuncio de la Buena Nueva... cada día Jesús nos llama, nos enseña, nos congrega..... tengo la alegría de contar con mi amiga Josefina Algar que a diario me hace partícipe del Evangelio  y de su comentario personal acompañado de oraciones muy personales e imágenes que hago mías.

Este verano, tomaré cursos (tutoriales) del programa que utilizo para realizar mi trabajo, ya ayer aprendí como guardar algunos patterns y vectors... (hablo en chino?), no le hace, me gusta aprender, no importa que tan complicado se convierta mi día.... luego por la noche la oración silenciosa, "Completas" que paz y que conversasión interior se puede alcanzar. Sobre todo, esa certeza de ser ecuchado porque aunque se haga en solitario es oración de la Iglesia y al rezar se reza en unidad con todos los que en el día siguen la Liturgia de la Horas... don maravilloso de la Comunión de los Santos en el que unos de otros participamos de los bienes espirituales. Así, lo que se ora en algún monasterio de clausura, me enriquece a mi y lo que yo, con esas mismas palabras, rezo frente  mi computadora, enriquece a alguno que se encuentra en la selva o en la montaña y ese mismo, transmite esa bendición a alguien más... todo porque el Corazón de Dios es inmenso y todos cabemos en él.

Es por eso que nunca me siento sola, vivo en la Iglesia, es mi casa.

2 comentarios:

  1. Y además, como Hija de Dios por medio del Sacramento del Bautismo, tienes la gran suerte de sentirte hija de un Padre bondadoso.

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