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miércoles, 5 de septiembre de 2012

SINTIENDO CERCA EL AÑO DE LA FE

Otra vez, sobre el Año de la Fe, que ya está muy cercano, en un poquito más del mes ya estaremos en su apertura.... Es maravilloso consagrar un año entero para vivir con plenitud algún aspecto de los muchos maravillosos que nos da la Iglesia. Hemos tenido el Año Paulino, más atrás el Año de la Eucaristía, el del Rosario.... un año completo para profundizar y saborear cada una de estas realidades de nuestra fe.
 
Para muchas personas todo esto pasa desapercibido y los días transcurren uno tras otro sin vivir mas que eventos mundanos, sin expandir el espíritu y llevarlo a fronteras de eternidad. Y es por eso que en este pequeño blog, y en el de Tarjetas y Oraciones Católicas, que comparto contigo, me he esforzado en dar a conocer todo lo que rodea este maravilloso acontecimiento de Fe. A un lado de esta entrada, está la página oficial del Año de la Fe en donde podemos estar al tanto de todo lo que sucederá... También a un lado, en forma de librillo para leer dándole vuelta a las páginas está el documento Porta Fidei.....
 
Desde que empezó el verano me he dedicado a preparar el calendario 2013 del Año de la Fe, en varios tamaños. y  en tarjetas, o estampas o separadores de libros... el Credo en varios idiomas. Ayer mismo preparé otras diez tarjetas con los 10 mandamientos. Fue increíble como se fueron acomodando texturas, tipos de letra, imágenes y texto. Me dejó tan edificada leer el salmo 119 que quisiera compartirlo completo contigo. Aprendí que es el más extenso de todos los Salmos y además es el que nos habla de la Ley de Dios. Te lo dejo aquí. y en la parte de arriba está el enlace al blog de tarjetas y en la etiqueta  Mandamientos las encontrarás.
 
SALMO 119 (118)
Dichosos los que siguen la ley del Señor
La felicidad de los que cumplen la Ley del Señor119:1 Felices los que van por un camino intachable,
los que siguen la ley del Señor,
119:2 Felices los que cumplen sus prescripciones
y lo buscan de todo corazón,
119:3 los que van por sus caminos,
sin hacer ningún mal.
119:4 Tú promulgaste tus mandamientos
para que se cumplieran íntegramente.
119:5 ¡Ojalá yo me mantenga firme
en la observancia de tus preceptos!
119:6 Así no sentiré vergüenza,
al considerar tus mandamientos.
119:7 Te alabaré con un corazón recto,
cuando aprenda tus justas decisiones.
119:8 Quiero cumplir fielmente tus preceptos:
no me abandones del todo.

La Ley de Señor, fuente de rectitud y alegría119:9 ¿Cómo un joven llevará una vida honesta?
Cumpliendo tus palabras.
119:10 Yo te busco de todo corazón:
no permitas que me aparte de tus mandamientos.
119:11 Conservo tu palabra en mi corazón,
para no pecar contra ti.
119:12 Tú eres bendito, Señor:
enséñame tus preceptos.
119:13 Yo proclamo con mis labios
todos los juicios de tu boca.
119:14 Me alegro de cumplir tus prescripciones,
más que de todas las riquezas.
119:15 Meditaré tus leyes
y tendré en cuenta tus caminos.
119:16 Mi alegría está en tus preceptos:
no me olvidaré de tu palabra.

Súplica para saber estimar la Ley del Señor119:17 Sé bueno con tu servidor,
para que yo viva y pueda cumplir tu palabra.
119:18 Abre mis ojos,
para que contemple las maravillas de tu ley.
119:19 Soy un peregrino en la tierra,
no me ocultes tus mandamientos.
119:20 Mi alma se consume,
deseando siempre tus decisiones.
119:21 Tú amenazas a esos malditos arrogantes,
que se desvían de tus mandamientos.
119:22 Aparta de mí la vergüenza y el desprecio,
porque yo cumplo tus prescripciones.
119:23 Aunque los poderosos se confabulen contra mí,
yo meditaré tus preceptos.
119:24 Porque tus prescripciones son todo mi deleite,
y tus preceptos, mis consejeros.

Determinación de obedecer a la Ley del Señor119:25 Mi alma está postrada en el polvo:
devuélveme la vida conforme a tu palabra.
119:26 Te expuse mi conducta y tú me escuchaste:
enséñame tus preceptos.
119:27 Instrúyeme en el camino de tus leyes,
y yo meditaré tus maravillas.
119:28 Mi alma llora de tristeza:
consuélame con tu palabra.
119:29 Apártame del camino de la mentira,
y dame la gracia de conocer tu ley.
119:30 Elegí el camino de la verdad,
puse tus decretos delante de mí.
119:31 Abracé tus prescripciones:
no me defraudes, Señor.
119:32 Correré por el camino de tus mandamientos,
porque tú me infundes ánimo.

Deseo de cumplir exactamente la Ley del Señor119:33 Muéstrame, Señor, el camino de tus preceptos,
y yo los cumpliré a la perfección.
119:34 Instrúyeme, para que observe tu ley
y la cumpla de todo corazón.
119:35 Condúceme por la senda de tus mandamientos,
porque en ella tengo puesta mi alegría.
119:36 Inclina mi corazón hacia tus prescripciones

y no hacia la codicia.
119:37 Aparta mi vista de las cosas vanas;
vivifícame con tu palabra.
119:38 Cumple conmigo tu promesa,
la que hiciste a tus fieles.
119:39 Aparta de mí el oprobio que temo,
porque tus juicios son benignos.
119:40 Yo deseo tus mandamientos:
vivifícame por tu justicia.


Propósito de dar testimonio de la Ley del Señor119:41 Que llegue hasta mí tu misericordia, Señor,
y tu salvación conforme a tu promesa.
119:42 Así responderé a los que me insultan,
porque confío en tu palabra.
119:43 No quites de mi boca la palabra verdadera,
porque puse mi esperanza en tus juicios.
119:44 Yo cumpliré fielmente tu ley:
lo haré siempre, eternamente.
119:45 Y caminaré por un camino espacioso,
porque busco tus preceptos.
119:46 Hablaré de tus prescripciones delante de los reyes,
y no quedaré confundido.
119:47 Me deleitaré en tus mandamientos,
que yo amo tanto.
119:48 Elevaré mis manos hacia tus mandamientos
y meditaré en tus preceptos.

La Ley del Señor, fuente de consuelo119:49 Acuérdate de la palabra que me diste,
con la que alentaste mi esperanza.
119:50 Lo que me consuela en la aflicción
es que tu palabra me da la vida.
119:51 Los orgullosos se burlan de mí como quieren,
pero yo no me desvío de tu ley.
119:52 Me acuerdo, Señor, de tus antiguos juicios,
y eso me sirve de consuelo.
119:53 Me lleno de indignación ante los pecadores,
ante los que abandonan tu ley.
119:54 Tus preceptos son para mí como canciones,
mientras vivo en el destierro.
119:55 Por la noche, Señor, me acuerdo de tu Nombre,
y quiero cumplir tu ley.
119:56 Esto me ha sucedido
porque he observado tus mandamientos.

Firme adhesión a la Ley del Señor
119:
57 El Señor es mi herencia:
yo he decidido cumplir tus palabras.
119:58 Procuro de todo corazón que me mires con bondad;
ten piedad de mí, conforme a tu promesa.
119:59 Examino atentamente mis caminos,
y dirijo mis pasos hacia tus prescripciones.
119:60 Me apresuro, sin titubear,
a cumplir tus mandamientos.
119:61 Los lazos de los malvados me rodean,
pero yo no me olvido de tu ley.
119:62 Me levanto a medianoche
para alabarte por tus justas decisiones.
119:63 Soy amigo de todos tus fieles,
de los que cumplen tus leyes.
119:64 La tierra, Señor, está llena de tu amor;
enséñame tus preceptos.

La Ley del Señor, fuente de sabiduría en la aflicción119:65 Tú fuiste bueno con tu servidor,
de acuerdo con tu palabra, Señor.
119:66 Enséñame la discreción y la sabiduría,
porque confío en tus mandamientos.
119:67 Antes de ser afligido, estaba descarriado;
pero ahora cumplo tu palabra.
119:68 Tú eres bueno y haces el bien:
enséñame tus mandamientos.
119:69 Los orgullosos traman engaños contra mí:
pero yo observo tus preceptos.
119:70 Ellos tienen el corazón endurecido,
yo, en cambio, me regocijo en tu ley.
119:71 Me hizo bien sufrir la humillación,
porque así aprendí tus preceptos.
119:72 Para mí vale más la ley de tus labios
que todo el oro y la plata.

La Ley del Señor, motivo de esperanza119:73 Tus manos me hicieron y me formaron;
instrúyeme, para que aprenda tus mandamientos.
119:74 Tus fieles verán con alegría
que puse mi esperanza en tu palabra.
119:75 Yo sé que tus juicios son justos, Señor,
y que me has humillado con razón.
119:76 Que tu misericordia me consuele,
de acuerdo con la promesa que me hiciste.
119:77 Que llegue hasta mí tu compasión, y viviré,
porque tu ley es toda mi alegría.
119:78 Que se avergüencen los orgullosos,
porque me afligen sin motivo;
yo, en cambio, meditaré tus preceptos.
119:79 Que se vuelvan hacia mí tus fieles;
los que tienen en cuenta tus prescripciones.
119:80 Que mi corazón cumpla íntegramente tus preceptos,
para que yo no quede confundido.

Fidelidad a la Ley del Señor en la persecución119:81 Mi alma se consume por tu salvación;
yo espero en tu palabra.
119:82 Mis ojos se consumen por tu palabra,
¿cuándo me consolarás?
119:83 Aunque estoy como un odre resecado por el humo,
no me olvido de tus preceptos.
119:84 ¿Cuántos serán los días de mi vida?
¿Cuándo juzgarás a mis perseguidores?
119:85 Los orgullosos me cavan fosas,
oponiéndose a tu ley.
119:86 Todos tus mandamientos son verdaderos;
ayúdame, porque me persiguen sin motivo.
119:87 Por poco me hacen desaparecer de la tierra;
pero yo no abandono tus preceptos.
119:88 Vivifícame por tu misericordia,
y cumpliré tus prescripciones.

La estabilidad de la Ley del Señor119:89 Tu palabra, Señor, permanece para siempre,
está firme en el cielo.
119:90 Tu verdad permanece por todas las generaciones;
tú afirmaste la tierra y ella subsiste.
119:91 Todo subsiste hasta hoy conforme a tus decretos,
porque todas las cosas te están sometidas.
119:92 Si tu ley no fuera mi alegría,
ya hubiera sucumbido en mi aflicción.
119:93 Nunca me olvidaré de tus preceptos:
por medio de ellos, me has dado la vida.
119:94 Sálvame, porque yo te pertenezco
y busco tus preceptos.
119:95 Los malvados están al acecho para perderme,
pero yo estoy atento a tus prescripciones.
119:96 He comprobado que toda perfección es limitada:
¡qué amplios, en cambio, son tus mandamientos!

El amor por la Ley del Señor119:97 ¡Cuánto amo tu ley,
todo el día la medito!
119:98 Tus mandamientos me hacen más sabio que mis enemigos,
porque siempre me acompañan.
119:99 Soy más prudente que todos mis maestros,
porque siempre medito tus prescripciones.
119:100 Soy más inteligente que los ancianos,
porque observo tus preceptos.
119:101 Yo aparto mis pies del mal camino,
para cumplir tu palabra.
119:102 No me separo de tus juicios,
porque eres tú el que me enseñas.
119:103 ¡Qué dulce es tu palabra para mi boca,
es más dulce que la miel!
119:104 Tus preceptos me hacen comprender:
por eso aborrezco el camino de la mentira.

La Ley del Señor, luz y guía de la vida119:105 Tu palabra es una lámpara para mis pasos,
y una luz en mi camino.
119:106 Hice el juramento —y lo sostengo—
de cumplir tus justas decisiones.
119:107 Estoy muy afligido, Señor:
vivifícame, conforme a tu palabra.
119:108 Acepta, Señor, las ofrendas de mis labios,
y enséñame tus decisiones.
119:109 Mi vida está en constante peligro,
pero yo no me olvido de tu ley.
119:110 Los pecadores me tienden una trampa,
pero yo no me aparto de tus preceptos.
119:111 Tus prescripciones son mi herencia para siempre,
porque alegran mi corazón.
119:112 Estoy decidido a cumplir tus preceptos,
siempre y a la perfección

Repudio de los que no cumplen la Ley del Señor
119:
113 Detesto la doblez del corazón
y amo tu ley,
119:114 Tú eres mi amparo y mi escudo:
yo espero en tu palabra.
119:115 Que los malvados se aparten de mí:
yo cumpliré los mandamientos de mi Dios.
119:116 Sé mi sostén conforme a tu promesa, y viviré:
que mi esperanza no quede defraudada.
119:117 Dame tu apoyo y seré salvado,
y fijaré la mirada en tus preceptos.
119:118 Tú abandonas a los que se desvían de tus preceptos,
porque todo lo que piensan es mentira.
119:119 Tú eliminas como escoria a los impíos,
por eso amo tus prescripciones.
119:120 Mi carne se estremece de temor por ti,
y respeto tus decisiones.

Nueva profesión de fidelidad a la Ley del Señor
119:
121 He obrado conforme al derecho y a la justicia:
no me entregues a mis opresores.
119:122 Otorga una garantía a mi favor,
para que no me opriman los orgullosos.
119:123 Mis ojos se consumen por tu salvación
y por tu promesa de justicia.
119:124 Trátame conforme a tu bondad,
y enséñame tus preceptos.
119:125 Yo soy tu servidor: instrúyeme,
y así conoceré tus prescripciones.
119:126 Ha llegado, Señor, el tiempo de obrar;
han quebrantado tu ley.
119:127 Por eso amo tus mandamientos
y los prefiero al oro más fino.
119:128 Por eso me guío por tus preceptos
y aborrezco todo camino engañoso.

Ardiente deseo de observar la Ley del Señor119:129 Tus prescripciones son admirables:
por eso las observo.
119:130 La explicación de tu palabra ilumina
y da inteligencia al ignorante.
119:131 Abro mi boca y aspiro hondamente,
porque anhelo tus mandamientos.
119:132 Vuelve tu rostro y ten piedad de mí;
es justo que lo hagas con los que aman tu Nombre.
119:133 Afirma mis pasos conforme a tu palabra,
para que no me domine la maldad.
119:134 Líbrame de la opresión de los hombres,
y cumpliré tus mandamientos.
119:135 Que brille sobre mí la luz de tu rostro,
y enséñame tus preceptos.
119:136 Ríos de lágrimas brotaron de mis ojos,
porque no se cumple tu ley.

La justicia de la Ley del Señor119:137 Tú eres justo, Señor,
y tus juicios son rectos.
119:138 Tú impones tus prescripciones con justicia
y con absoluta lealtad.
119:139 El celo me consume,
porque mis adversarios olvidan tu palabra.
119:140 Tu palabra está bien acrisolada,
y por eso la amo.
119:141 Soy pequeño y despreciable,
pero no olvido tus preceptos.
119:142 Tu justicia es eterna
y tu ley es la verdad.
119:143 Cuando me asalta la angustia y la opresión,
tus mandamientos son toda mi alegría.
119:144 La justicia de tus prescripciones es eterna;
instrúyeme y viviré.

Constancia en la meditación de la Ley del Señor119:145 Yo clamo de todo corazón: escúchame, Señor,
y observaré tus preceptos.
119:146 Clamo a ti: sálvame,
y cumpliré tus prescripciones.
119:147 Me anticipo a la aurora para implorar tu ayuda;
yo espero en tu palabra.
119:148 Mis ojos se anticipan a las vigilias de la noche,
para meditar tus enseñanzas.
119:149 Por tu amor, oye mi voz, Señor;
vivifícame por tu justicia.
119:150 Se acercan a mí los que me persiguen con perfidia,
los que están alejados de tu ley.
119:151 Pero tú estás cerca, Señor,
y todos tus mandamientos son verdaderos.
119:152 Yo sé desde hace mucho tiempo
que tú afirmaste para siempre tus prescripciones.

La fidelidad a la Ley del Señor, fuente de salvación119:153 Mira mi aflicción y líbrame,
porque no me olvido de tu ley.
119:154 Defiende mi causa y sálvame;
vivifícame, conforme a tu promesa.
119:155 La salvación está lejos de los impíos,
porque no buscan tus preceptos.
119:156 Tu compasión es muy grande, Señor;
vivifícame por tu justicia.
119:157 Son muchos los que me persiguen y me oprimen,
pero yo no me desvié de tus prescripciones.
119:158 Veo a los pecadores y siento indignación,
porque no cumplen tu palabra.
119:159 Mira, Señor, que yo amo tus preceptos:
vivifícame por tu amor.
119:160 Lo primordial de tu palabra es la verdad,
y tus justos juicios permanecen para siempre.

La Ley del Señor, fuente de paz y seguridad119:161 Los poderosos me persiguen sin motivo,
pero yo temo únicamente tu palabra.
119:162 Yo me alegro en tu promesa,
como quien logra un gran botín.
119:163 Odio y aborrezco la mentira;
en cambio, amo tu ley.
119:164 Te bendigo muchas veces al día,
porque tus juicios son justos.
119:165 Los que aman tu ley gozan de una gran paz,
nada los hace tropezar.
119:166 Yo espero tu salvación, Señor,
y cumplo tus mandamientos.
119:167 Mi alma observa tus prescripciones,
y las ama intensamente.
119:168 Yo observo tus mandamientos y tus prescripciones,
porque tú conoces todos mis caminos.

Anhelo final de cumplir la Ley del Señor119:169 Que mi clamor se acerque a ti, Señor:
instrúyeme conforme a tu palabra.
119:170 Que mi plegaria llegue a tu presencia:
líbrame, conforme a tu promesa.
119:171 Que mis labios expresen tu alabanza,
porque me has enseñado tus preceptos.
119:172 Que mi lengua se haga eco de tu promesa,
porque todos tus mandamientos son justos.
119:173 Que tu mano venga en mi ayuda,
porque yo elegí tus preceptos.
119:174 Yo ansío tu salvación, Señor,
y tu ley es toda mi alegría.
119:175 Que yo viva y pueda alabarte,
y que tu justicia venga en mi ayuda.
119:176 Ando errante como una oveja perdida:
ven a buscar a tu servidor.
Yo nunca olvido tus mandamientos.

1 comentario:

  1. Es una gracia de Dios este año de la fe.
    ¡El salmo 119( felices los que cumplen la voluntad del Señor). El lo dice todo.
    ¡Gracias! Encantada de conocerle.
    Dios le bendiga.

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