Mi Reina, mi Madre, lo más dulce que hay en mi corazón eres Tú. Si mi corazón es capaz todavía de derretirse, de llenarse de ternura y mirar el futuro con esperanza es porque me cubres con tu manto, me tienes en el cruce de tus brazos, me dices cada mañana ¿no estoy yo aquí que soy tu Madre?.... Mi reina, te quiero tanto. Cuánto quisiera celebrarte, estar en tus serenatas, cantarte a voz en cuello, llenarte de flores, aspirar tu aroma..... y temblar de emoción y de amor a tus pies.
Te canto aquí en la soledad de la noche, en el silencio del cansancio acumulado:
La Virgen de Guadalupe
claro sol del Tepeyac
es el amor de mi alma
desde que yo supe amar
allá en mi niñez
mi cuna meció
por eso desde niña
siempre la quisé yo.
Ahora solo te ofrezco mi vida, mi corazón, mis pensamientos, mi amor de hija y mañana temprano, si Dios me lo concede, estar en la Eucaristía para fundirme en el amor contigo en el corazón de tu Hijo.
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