Páginas

martes, 27 de diciembre de 2011

LA NAVIDAD (OCTAVA)

Como celebramos los católicos la Navidad:

La Navidad no es simplemente una solemnidad sino un verdadero tiempo litúrgico que se detiene en la contemplación del «Dios con nosotros». La solemnidad inicial de la Navidad lleva a una consideración detenida del «niño que se nos ha dado» y la liturgia se destaca por la alegría y el regocijo que produce su presencia. La fiesta de la Epifanía completa la consideración de este Misterio que no queda reservado a los confines de Israel ni a los límites del mesianismo temporal de Jesús. Ese niño es «luz para alumbrar a las naciones» y es el Dios verdadero que los magos de Oriente adoran, y el Padre confirma con la unción espiritual en el Bautismo del río Jordán.

En el interior del tiempo navideño se distinguen diversas etapas que tienen variada intensidad festiva e incluso caracterísiticas propias.

El tiempo de Navidad comienza con las Vísperas de la solemnidad de la Natividad del Señor y se extiende hasta el domingo posterior a la solemnidad de la Epifanía inclusive, domingo llamado «del Bautismo del Señor».

La solemnidad de Navidad se prolonga durante la Octava, es decir, abarca ocho días
que, aún con características propias originadas en distintas circunstancias de la historia litúrgica, resuenan con fuerte intensidad y apuntan a conservar el espíritu de la gran fiesta navideña.

Los días posteriores a la Octava de Navidad ayudan a meditar en las consecuencias del Misterio de la Encarnación del Verbo y tienen un tono festivo menor, si bien deben distinguirse en el modo de celebrar, del Tiempo durante el año.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Bienvenido(a) a expresar tu opinión. Gracias por tu comentario. Dios te bendiga