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miércoles, 22 de febrero de 2012

ALGO DE LA MORTIFICACIÓN

La mortificación para quien quiera tomar en serio a Cristo, es siempre actual. No puede desaparecer impunemente de la vida cristiana.
La mortificación no es una especie de faquirismo ni atletismo religioso, atletismo que parece querer llamar la atención de Dios sobre  nuestras hazañas, como diciéndole "¡Mira lo valiente que soy!.
No olvidemos que la esencia del cristianismo consiste en lo que Dios ha hecho por nosotros y no en lo que nosotros hemos hecho por Dios.
La mortificación está en función de la vida, Está al servicio del desarrollo del hombre.
Mortificación quiere decir "dar muerte" a todo lo que en nosotros obstaculiza la vida, bloquea su plenitud.
Con la mortificación elimino todo lo que me impide ser yo mismo, y esta operación, por supuesto, no es sin dolor.
En suma, una persona que acepta la mortificación, es una persona que ama la vida. Se mortifica porque tiene ansia de vivir. Solo cuando la vida pase de moda, podremos aventurarnos a quitar de la escena la mortificación.

Extracto: El Acoso de Dios. Alessandro Pronsato. Jueves después de Ceniza.

1 comentario:

  1. Es preciosa esta reflexión que has hecho sobre la mortificación, digámosle también: Penitencia. Precisamente la Palabra de Vida de hoy, emitida por 13Tv, se ha basado en la palabra "mortificación" que a algunos nos parece desfasada y fuera de nuestra ruta espiritual, pero no. Hoy, entre tu reflexión y la del Sacerdote de 13Tv, encuentro la necesidad de salir al encuentro de Cristo y decirle que deseo ocupar menos lugar en mí para que lo ocupes Tú.

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