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miércoles, 9 de febrero de 2011

LA CONFIANZA DE SANTA FAUSTINA

Ayer tuvimos nuestra pequeña comunidad en casa de Rebequita y Teresita porque nosotros teníamos un problema con el medidor y no teníamos luz en la parte baja de la casa. Estuvimos muy felices y entre las muchas cosas que platicamos nos contó Rebeca de una ocasión en que fue invitada a una reunión de otra religión a la que se vio comprometida a asistir pero ella no quería ir, sin embargo, no podía hacer nada para safarse del compromiso pues aprecia muchísimo a la persona que la invitó y entonces se la confió a Dios. Y el día de la reunión hubo un problema por parte de la otra persona y no pudieron ir.  Hoy, después de muchos meses de tener el Diario de Santa Faustina ahí esperándome,  dadas las circunstancias de la falta de elecricidad, mientras arreglaban el problema, me puse a leerlo y me topé con esto:

Escribe Santa Faustina en su diario:

Había venido a Vilna por dos meses para sustituir a una hermana [57] que había ido a la tercera probación, pero permanecí algo más de dos meses. Un día la Madre Superiora [58], deseando complacerme, me dio el permiso de ir, en compañía de otra hermana [59], a Kalwaria para hacer el llamado “paseo de los caminitos”.Me alegré mucho. Debíamos ir en barco, a pesar de que estaba tan cerca, pero tal fue el deseo de la Madre Superiora. Por la noche me dijo Jesús: Yo deseo que te quedes en casa. Contesté: Jesús, ya todo esta preparado, debemos salir por la mañana, ¿Qué voy a hacer ahora? Y el Señor me contestó: Esta excursión causara daño a tu alma. Contesté a Jesús: Tú puedes siempre remediarlo, dispón las circunstancias de tal forma que se haga Tu voluntad. En ese momento se oyó la campanilla para el descanso. Con una mirada saludé a Jesús y fui a la celda.

Por la mañana hacía un día hermoso, mi compañera se alegraba [pensando] que tendríamos una gran satisfacción, que podríamos visitar todo, pero yo estaba seguro de que no saldríamos, aunque hasta el momento no había ningún obstáculo que nos lo impidiera.

Primero debíamos recibir la Santa Comunión y salir en seguida después del agradecimiento. De repente, durante la Santa Comunión, la esplendida mañana que hacia, cambió completamente. Sin saber de donde, vinieron las nubes y cubrieron todo el cielo, y empezó una lluvia torrencial. Todos se extrañaban, ya que en un día tan bello ¿Quién podía esperar la lluvia, y que cambiara así en tan poco tiempo?

(26) La Madre Superiora me dice: Cuanto siento que ustedes, hermanas, no pueden ir. Contesté: Querida Madre, no importa que no podamos ir, la voluntad de Dios es que nos quedemos en casa. Sin embargo nadie sabía que era un claro deseo de Jesús que me quedara en casa. Pasé todo el día en el recogimiento y la meditación; agradecí al Señor por haberme hecho quedar en casa. En aquel día Dios me concedió muchas consolaciones celestiales.

Así es como Dios nos salva de situaciones en las que sabe que nuestra fe y nuestra salvación pueden estar en peligro. Es por eso que en su imagen de la Divina Misericordia nos pide firmar "Jesús en tí confío"

1 comentario:

  1. Hola amiga,es cierto Jesus siempre esta con nosotros y arreglando o disponiendo de alguna manera las cosas para que nada nos suceda,que lastimosamente no nos fijamos a causa del lado tan humano que tenemos,que nos olvidamos de la parte espiritual tan importante que cada uno de nosotros llevamos,y si debemos entregarnos a su santa voluntad con esta frase tan sencilla y muy profunda a la vez.."JESUS EN VOS CONFIO"...besos y bendiciones!!!

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