Otra vez domingo, ya terminó, y todo en la gracia de Dios, ayer tuvimos un día de esos que se puede decir "difíciles"... mucho trabajo, mucha presión, Helena incompatible con todo... día y noche, pero en la mañana al despertar todo a tiempo para ir a misa de 7 de la mañana.... la presencia de Dios todo lo transforma, es tan confortable cobijarse bajo sus alas, alimentarse de su palabra, renovarse en su mirada, fortalecerse con su Pan. Es domingo y por eso vale la pena pasar por cada día de la semana... llegar al templo, y verlo, tenerlo conmigo, y volver a empezar.
Nuestro amigo el guardia de seguridad, el que cuida los carros, perdón, el que nos cuida a nosotros se llama Santos y como cada domingo su saludo, su sonrisa, nos acompaña al entrar y salir. Las vendimias siguen a todo lo que dan para recabar fondos para pagar los gastos médicos de los Frays accidentados que se están recuperando.
A medio día la llamada de mi hijo: mamá, no hagas de comer, al rato vamos y llevamos comida.... ahhhhh que bien.... domingo familiar, con todo y perrita de mi nieta.... comer, platicar, reír, ver tele (futboll americano), y luego un rato a la computadora a preparar unos pedidos y después a dar una pequeña vuelta en el carro para que Helena se distraiga.... ella siempre que sale... al regresar dice: me encontré a fulano o a fulana... pero todo es fruto de su imaginación y hoy estando esperando a JA a que hiciera unas compras, llegaron el Padre Juan y el Padre Esteban a estacionarse frente a nosotros, se acerca el Padre a saludar y Helena en un grito le dice: ¡Padre Juan, no me lo esperaba!
y lo abraza fuerte, fuerte, al Padre Esteban lo saluda también, pero a él solo le dice; "es el muchacho".....
Ya estamos por acostarnos, pero Helena no tiene finta de querer dormir..... así que a echar mano del Rosario, a encomendarnos a María y Dios dirá........
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