Te miro cada domingo ahí parado y sonriendo
Y vaga mi pensamiento imaginando tu vida
Hombre como cualquier otro nacido de una familia
Tus padres no imaginabas hasta donde llegarías...
Ellos guiaron tus pasos y formaron tu corazón
Y a pesar de venir desde abajo, el lodo no te envolvió
Porque Dios ya te tenia consagrado a su mies
Y nunca permitiría que se ensuciaran tus pies.
Creciste como cualquier otro, con amigos y travesuras
Y cuando llego la hora, porque ya listo estabas
Sin dudarlo dejaste todo, para seguir a el que amas
No dudo que fue muy duro dejar atrás tu pasado
A tus padres, tus amigos y todos tus hermanos
Pero eso no te detuvo, pues ardía tu corazón
De entregarte sin medida a esos otros que no conocías,
Que necesitaban tu amor y tus palabras de vida
Sacerdote yo te miro y me siento orgullosa
De que Dios te haya elegido, porque Él no se equivoca
Cada día que te veo me reflejas a Jesús
Cuando transformas el pan y el vino
En el cuerpo y sangre de Cristo
y me los das a comer con tus manos consagradas
Sé que fácil no es para ti este camino elegido
Sé que luchas día a día, contra el enemigo
Que quiere envolverte engañoso, En lo que tienes prohibido
Por eso me toca a mí, como cristiana que soy
Rezar a cada momento, pidiendo a Dios que cuide
Tu corazón y pensamiento, alejando a ese malvado
Que quiere robar, a nuestro Sacerdote amado.
“¡¡DIOS TE BENDIGA, SACERDOTE!!
Y GRACIAS POR TODO LO QUE HAS DEJADO,
POR DARNOS EL AMOR DE CRISTO
EN TU ROSTRO REFLEJADO.”
Angeles Roque
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