martes, 7 de agosto de 2012

CÓMO SE ESCRIBIERON LAS CARTAS DE SAN PABLO

El material utilizado en las cartas antiguas era el papiro. El valle del Nilo con su clima seco fue el lugar en donde se desarrolló este material. La planta del papiro se encontraba en las orillas pantanosas del Nilo. Las hojas de papiro se sacaban de la médula de la planta y se pegaban en tiras transversalmente y luego se pulían dando una superficie donde podía escribirse. Más adelante se empezó a utilizar el pergamino fabricado de pieles, y San Pablo pide a Timoteo en su carta: "cuando vengas, tráete la capa que dejé en Troade en casa de Carpo, y los libros, sobre todo los pergaminos". En grande estima tenía este precioso material de escritura.

La Tinta: En algunos pasajes como en Gál. 6,11 se nombra la tinta con el vocablo de "negro" era un componente de resina quemada y goma. También existía tinta roja. Con ela se escribían las indicaciones litúrgicas. De allí la costumbre cristiana de utilizar este color en los libros de ceremonias, recibiendo el nombre de "rúbricas" (del latín Ruber = rojo).

El cálamus (caña en latín) era el instrumento para escribir con tinta. Era un trozo de caña al cual se le hacía una hendidura en medio para que corriera la tinta. Había que afilarla continuamente con una navaja para mantener la finura de la escritura.

Saber escribir no era un patrimonio común en la antigüedad. San Pablo tuvo a su lado colaboradores para la evangelización: Marcos, Lucas, Silas, Timoteo, ellos sin duda ayudaron eficazmente en la redacción de su correspondencia con las iglesias. Cuando escribe él personalmente dice: "Ved con que grandes letras os escribo de mi propia mano" (Gál 6, 11) en el v. 19 dice: "Yo, Pablo lo escribo de mi puño".

Las letras se escibían una por una; casi era la obra de un dibujante. El escriba iba lento y el que dictaba debía acomodarse a su ritmo. Considerando tales condiciones de trabajo en la escritura, se ha calculado el tiempo para escribir una página. Se escribían cien palabras por hora. De acuerdo a este dato para escribir la carta a Filemón, la más corta de San Pablo con 335 palabras, el autor necesitó tres  horas y media de atento trabajo. La carta a los Romanos, con 7,101 palabras debió requerir casi un centenar de horas de trabajo.

Si tanto trabajo costaba escribir una carta, comprendemos el empeño que tenían los antiguos en conservarla. Las comunidades que recibían una carta, o tenían una copia de ella, guardaban celosamente su tesoro. Si otra comunidad deseaba tenerla, debía mandar un escribano o contratarlo en la comunidad vecina para que copiara el escrito.

Así pudo llegar hasta nosotros este sagrado depósito de inspirada literatura: "lo que escribió nuestro querido hermano Pablo" como nos dice el apóstol San Pedro (2Pe 3,15-16).

P. Melesio Picazo.

1 comentario:

  1. No me equivoco al afirmar que tu web, encierra: espiritualidad y cultura.
    Me ha encantado todo lo expuesto.
    Y sigo diciendo: Gracias por todo ello.

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