sábado, 22 de agosto de 2015

COMO QUISIERA

Como quisiera, Señor,
haber sembrado tu semilla
y no la mía
que es germen de caducidad.

Como quisiera tener algo
de tu sensibilidad
para comprender todo lo humano.

Como quisiera encontrar
el oro de la eternidad
en la fugacidad
de lo que me rodea

Como quisiera tener algo de tus sentimientos
y amar como Tú amas,
amar lo que Tú amas,
amar hasta donde Tú amas.

Como quisiera reflejar
algo de lo tuyo
sin la mezquindad de lo mío,

Como quisiera que en mi palabra
hubiera más de tu Palabra;
en mis actos más de tu vida;
en mi entrega más de tu generosidad
y en mi trato con las personas
más de tu mandamiento nuevo.

Como quisiera ser camino
de tu verdad, cause de tu agua,
hoguera de tu luz indeficiente,

Como quisiera expresar algo de lo que
Tú eres, en el lenguaje sencillo de tu
pueblo sin la torpeza de mis
complicaciones.

Y terminar la vida
recorriendo tus Bienaventuranzas
saboreando tu pobreza,
habiéndome hecho pequeño
y entrando por la puerta estrecha.

Como quisiera tener algo Tuyo
manifestado en lo mío,
Que no te opacara tanto.
Pero sé que no desesperas de mi
esterilidad y continuarás esperando mi
respuesta haciendo fecunda la obra de
tu gracia.

Poema: Como Quisiera. Pag. 32 Mar Adentro Pbro. Héctor J. Valenzuela Mendivil.

viernes, 21 de agosto de 2015

NUESTRA VOZ LATINOAMERICANA

Hace tiempo que estudié de manera muy concreta el Documento de Puebla, un himno de fe de la Iglesia en este Continente.... para muchos es poco conocido, para otros es un manual de pastoral y doctrina en la que han crecido las comunidades creyentes.
Cuando me tocaba en aquellos maravillosos tiempos de catequesis impartir algún curso sobre los documentos eclesiales, las catequistas me decían que nunca se habían puesto a pensar en lo importantes que eran para su ministerio y los tomaban en serio... eso me alegraba totalmente el corazón. Una persona me dijo en una ocasión, en plan de broma, que habían de darnos comisión por la cantidad de documentos de la Iglesia que lograban vender durante y después de las charlas.
Ojalá todos pudiéramos tener acceso a ellos, en verdad que valen la pena. Los cinco documentos de las Asambleas del CELAM son un gran tesoro, durante esas maravillosas Asambleas que convocan a los Obispos de estos países se derrama la gracia del Espíritu Santo, se manifiesta la realidad de los pueblos, se extiende sobre cada uno la esperanza y el gozo de la fe. En estas Asambleas han participado también y muy de cerca y con su presencia los Papas, desde Pío XII hasta Benedicto XVI, en Aparecida y de modo eminente, aunque antes de su pontificado, el Cardenal Bergoglio, ahora Papa Francisco. Y de ahí la gran Misión Contienental que abarca desde Alaska hasta la Patagonia.
Para mi y la mayoría de los que vivimos la fe en Latinoamérica hemos madurado esa fe con la voz de los pastores de nuestros pueblos, las Conferencias Episcopales Latinamericanas expresadas en sus 5 Asambleas son nuestra propia voz. Y precisamente Aparecida, la última en realizarse, canta nuestro canto en la voz de nuestro ahora Papa Francisco....no nos sorprende su manera, ni sus modos, ni su espontaneidad.... sabemos que Dios está con él y es un don grande para la Iglesia y lo seguimos con gusto.

Aqui dejo una muy breve reseña de lo que han sido estas Asambleas, en varios posts. que están marcado por una misma etiqueta. y si alguno siente el gusanito de conocer estos domumentos ahora es muy fácil encontrarlos en internet y tenerlos al alcance de la mano.... y del corazón.

Puedes acceder en la Etiqueta Historia de las Conferencias Episcopales


miércoles, 5 de agosto de 2015

LA PUERTA SANTA

VATICANO, 14 Abr. 15 / 09:26 am (ACI).- Con la Bula “Misericordiae vultus” (El Rostro de la Misericordia), el Papa Francisco convocó oficialmente al Jubileo de la Misericordia, al que dará inicio con la apertura de la “Puerta Santa” de Basílica de San Pedro el 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción, y que concluirá el 20 de noviembre de 2016, Solemnidad de Cristo Rey del Universo.
Durante este año, los fieles querrán atravesar la Puerta Santa con la posibilidad de adquirir la indulgencia plenaria, sin embargo, el Regente de la Penitenciaría Apostólica, Obispo Krzysztof Nykiel, recordó que el verdadero perdón llega con la Confesión.
“Durante el Jubileo extraordinario de la Misericordia, el confesionario será 'la Puerta Santa del alma'. Y la celebración del sacramento de la Reconciliación será la ocasión para un encuentro vivo y verdadero con Cristo Misericordioso”, ha explicado el Regente de la Penitenciaría Apostólica, Obispo Krzysztof Nykiel, en declaraciones a Radio Vaticana.
El Prelado señaló que este Jubileo será un año propicio para redescubrir la centralidad del sacramento de la Confesión en la vida de la Iglesia. “Todo el que quiera experimentar la alegría de sentirse acogido y amado por Dios deberá, en efecto, acercarse al confesionario, porque principalmente a través de este sacramento, Dios se manifiesta al hombre como Padre que no se cansa nunca de perdonar y de salvar”.
En este sentido, Mons. Nykiel afirma que “todos los peregrinos que lleguen a Roma para obtener la indulgencia plenaria, deberán pasar a través de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, pero para que el fiel obtenga la absolución de los pecados y experimente la alegría del perdón de Dios, deberá pasar a través de las puertas del confesionario”.
El Prelado recuerda que el sacramento de la Confesión se convierte también en lugar donde “se aprende, se descubre y se vive sobre la propia piel la grandeza del amor de Dios que sacude nuestro corazón del horror y del peso del pecado, lo hace consciente y lo dirige cada vez más a la alegría del Evangelio”.
De esta manera, explica el Obispo, el sacramento de la Reconciliación adquiere así un significado de fe existencial, ya que el signo de la reconciliación no está en disonancia con el hábito del creyente.
Para Mons. Nykiel, el confesor tiene una gran responsabilidad pastoral: “favorecer el encuentro entre los fieles -especialmente los más alejados de la gracia de Dios-, y la misericordia de Dios. Ellos deben ser fuentes vivas de misericordia a la que todos los cristianos podrán beber, en cualquier momento, el agua del perdón y de la salvación”.
Durante el Año Santo, el Papa Francisco enviará por todo el mundo a los “misioneros de la misericordia”, sacerdotes con la autoridad para perdonar también “los pecados que están reservados a la Santa Sede”, es decir: la profanación de la Eucaristía; al absolución de un pecado de la que se es cómplice; la violación del secreto de confesión; la consagración del Obispo sin autorización; y la ofensa al Pontífice.
El Jubileo concluirá el 20 de noviembre de 2016 con la solemnidad de Cristo Rey del Universo.

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