Hoy es primer día del año.... se apaga el día... y empezará el dehojar del nuevo calendario...... Ha sido un día de alegría, de bendiciones y buenos deseos, de compañía y familia.... día en que la Eucaristía ha sido la protagonista.... primero en el templo semi vacío.... con frío, pero al mismo tiempo festivo, ese aire festivo que se da a las 9 de la mañana..... la comunion fue de profunda comunión con Jesús que nace de María.... la figura dulce y al mismo tiempo fuerte de la Madre se marcó en el alma. Sí, así fue..... luego la Misa del Vaticano.... con toda esa solemnidad llena de belleza, de liturgia, de música sacra que transporta a las puertas del Cielo, el Santo Padre representanto a Cristo vivo entre nosotros..... y otra vez María la Madre dulce y fuerte............ pero todo esto tuvo un telón de fondo.... en ese telón hubo lágrimas y sollozos.... Mi buena y queridísima amiga Josefina Algar, perdió a su esposo el último día del año pasado... es decir.... ayer........ Joaquín festejó, ya no la entrada a un año nuevo, sino a la eternidad.... a donde el tiempo ya no cuenta.... a donde está Dios, y lo ha visto cara a cara.... eso es a lo que todos aspiramos... cuando llegue nuestro último día. Josefina, lo acompañó hasta el último instante, le dio todo su amor hasta el último instante y lo despidió, dándole lo que todos queremos. Que nos asista la fe de la Iglesia, el sacerdote con los sacramentos para llevar por delante la gracia de Dios. Ella llora, sufre y mucho, su corazón está agobiado de dolor pero tranquilo. Fue la mujer fuerte..... que supo cumplir como esposa cristiana y no se dejó abatir ante los acotecimientos que se le echaron encima como una avalancha.... primero es la fe. Primero la salvación. Y después ha dejado fluir su dolor, sus lágrimas, su pena.... y es ahí donde quisiera acompañarla, consolarla.... animarla..... estoy tan lejos en la geografía...... pero en la oración, en el cariño en el pensamiento la tengo muy cerca. Todas mis oraciones han sido íntegras para ella y para Joaquín y con ellas quisiera arroparla, abrazarla en el amor infinito de Dios y sienta su consuelo y su paz.
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