viernes, 31 de julio de 2009

DIAS DE INDULGENCIA


En el mes de Agosto que iniciamos tendremos días de INDULGENCIA PLENARIA, ojalá podamos apovecharlos todos.




  • el 2 de Agosto se gana Indulgencia Plenaria por la fiesta de Nuestra Señora de los Angeles, la indulgencia se puede ganar desde el día 1°. a mediodía. ¿quieres saber por qué?
  • el 4 de Agosto es el día en que se celebra al Santo Cura de Ars, patrono de los párrocos y también patrono del Año Sacerdotal. ¿quién era el Cura de Ars?
  • el 6 de Agosto también se ganará indulgencia por ser 1°. jueves del mes en el Año Sacerdotal.

Para ganar indulgencias plenarias ya conocemos lo que se necesita:

  1. Confesión
  2. Eucaristía
  3. Orar por las intenciones del Santo Padre.

jueves, 30 de julio de 2009

Un milagro en Japón (3a. Parte)

Luis, sobrino de Madre Inés, hijo de Tere su hermana, recién casado con Martha fueron al Japón becados por el gobierno Japonés, pues fue el segundo mejor promedio de la Universidad. Martha estaba viviendo con las Hnas. Clarisas durante ese tiempo y ocurrió algo muy especial. Había un muchacho, mexicano también, que iba a estudiar igual que ellos al Japón. Durante el viaje, en el avión Luis y él platicaban sobre la fe y el muchacho que se llamaba Alberto, no creía en Dios y por más que Luis trataba de darle argumentos, Alberto los negaba. En ese tiempo todavía vivía Tía Manuelita (nombre de pila de Madre Ma. Inés Teresa), pues esto fue en 1976.


Pues sucedió que estando allá, Alberto se empezó a sentir mal y fue tanto que tuvo que ir al médico y entonces después de estudios y análisis le dan la terrible noticia: tenía leucemia.


Como iban becados por el gobierno Japonés, mandaron por su familia, y lo atendieron con todos los cuidados. Como Martha estaba con las Hermanas, iban a visitarlo, le llevaban comida, le acompañaban en todo cuanto podían, le ponían agua de Lourdes y oraban mucho. Un día ofrecieron llevarle un crucifijo de la Congregación, y Alberto le pidió a su hermano que le consiguiera una cadena para poder llevar el crucifijo, el muchacho como pudo, sin conocer el idioma, ni el cambio del dinero, compró aquella cadena y lo puso en el cuello de aquel que no creía con manos temblorosas y después de eso se tanquilizó, ahora necesitaba sentir la protección de Dios en su terrible enfermedad.

Empezó a mejorar y en los siguientes estudios, resultó completamente sano, no tenía nada, y en el parte médico pusieron: cuacari masen (se alivió...no sé), no podían dar ninguna explicación científica para que algo así hubiera sucedido. Volvió a México y llevaba los regalos que los demás muchachos enviaban a sus familias pero él llevaba dos regalos maravillosos: la salud y la fe.


Ya en vida de Madre María Inés quedaba claro que la Virgen de Guadalupe cumplía cabalmente la promesa de estar con ella y con la obra de las Hnas. Clarisas Misioneras. Muchos favores se realizaron a otras personas, la familia de Madre Inés ya nos los irá platicando.


martes, 28 de julio de 2009

LA NIÑA QUE MURIÓ POR AMOR A LA EUCARISTÍA


Me tardé en encontar esta anéctoda, pero hace tiempo la había leído y me gustó tanto que quería compartirla con ustedes, y aunque me acordaba bastante bien, no quería redactarla con mis palabras sino transcribirla tal y como la leí y aquí está, espero que les emocione tanto como a mi.


La niña china que murió por amor a la Eucaristía
Mártir por amor a la Eucaristía Obispo Fulton J. Sheen
Unos meses antes de su muerte el Obispo Fulton J. Sheen fue entrevistado por la televisión nacional: "Obispo Sheen, usted inspiró a millones de personas en todo el mundo. ¿Quien lo inspiró a usted? ¿Fue acaso un Papa?".

El Obispo Sheen respondió que su mayor inspiración no fue un Papa, ni un Cardenal, u otro Obispo, y ni siquiera fue un sacerdote o monja. Fue una niña China de once años de edad. (continúa)Explicó que cuando los comunistas se apoderaron de China, encarcelaron a un sacerdote en su propia rectoría cerca de la Iglesia. El sacerdote observó aterrado desde su ventana como los Comunistas penetraron en la iglesia y se dirigieron al santuario. Llenos de odio profanaron el tabernáculo, tomaron el copón y lo tiraron al piso, esparciendo las Hostias Consagradas. Eran tiempos de persecución y el sacerdote sabía exactamente cuantas Hostias contenía el copón: Treinta y dos.

Cuando los comunistas se retiraron, tal vez no se dieron cuenta, o no prestaron atención a una niñita que rezaba en la parte de atrás de la iglesia, la cual vio todo lo sucedido. Esa noche la pequeña regresó y, evadiendo la guardia apostada en la rectoría, entró a la iglesia. Allí hizo una hora santa de oración, un acto de amor para reparar el acto de odio. Después de su hora santa, se adentró al santuario, se arrodilló, e inclinándose hacia delante, con su lengua recibió a Jesús en la Sagrada Comunión. (en aquel tiempo no se permitía a los laicos tocar la Eucaristía con sus manos).

La pequeña continuó regresando cada noche, haciendo su hora santa y recibiendo a Jesús Eucarístico en su lengua. En la trigésima segunda noche, después de haber consumido la última Hostia, accidentalmente hizo un ruido que despertó al guardia. Este corrió detrás de ella, la agarró, y la golpeó hasta matarla con la culata de su rifle.

Este acto de martirio heroico fue presenciado por el sacerdote mientras, sumamente abatido, miraba desde la ventana de su cuarto convertido en celda.

Cuando el Obispo Sheen escuchó el relato, se inspiró a tal grado que prometió a Dios que haría una hora santa de oración frente a Jesús Sacramentado todos los días, por el resto de su vida. Si aquella pequeñita pudo dar testimonio con su vida de la real y hermosa Presencia de su Salvador en el Santísimo Sacramento, entonces el obispo se veía obligado a lo mismo. Su único deseo desde entonces sería, atraer el mundo al Corazón Ardiente de Jesús en el Santísimo Sacramento.

La pequeña le enseñó al Obispo el verdadero valor y celo que se debe tener por la Eucaristía; como la fe puede sobreponerse a todo miedo y como el verdadero amor a Jesús en la Eucaristía debe trascender a la vida misma.

Lo que se esconde en la Hostia Sagrada es la gloria de Su amor. Todo lo creado es un reflejo de la realidad suprema que es Jesucristo. El sol en el cielo es tan solo un símbolo del hijo de Dios en el Santísimo Sacramento. Por eso es que muchas custodias imitan los rayos de sol. Como el sol es la fuente natural de toda energía, el Santísimo Sacramento es la fuente sobrenatural de toda gracia y amor.

JESUS es el Santísimo Sacramento, la Luz del mundo.
Extracto de un artículo “Let the Son Shine" por el Rev. Martin Lucía

lunes, 27 de julio de 2009

Mi hermanito (2)



Pues ya presumí a mi hermanito sacerdote. Ahora les voy a mostrar una foto que salió en el periódico, cuando él era chiquito. Les hacían entrevistas a los niños y por lo general decían: Quiere ser Médico, Quiere ser Ingeniero, Quiere ser bombero etc. y Gerardo dijo: Quiero ser Sacerdote, claro está que todo lo demás lo inventaron en la redacción del periódico, menos el nombre, el deseo y los nombres de mis papás.


Todo lo que dijeron en el periódico se cumplió cabalmente con el tiempo. Gerardo en el mes de agosto cumplirá 23 años de ordenado sacerdote si no me equivoco.





Y punto y aparte, mi hermanito, siempre lo dije, era el niño más lindo del mundo.

domingo, 26 de julio de 2009

JAPÓN en barco y por correo 2a. Parte

No hace tanto, yo tenía 3 años, !ups! y todo lo que ha cambiado la comunicación y el transporte.... esto hace todavía más emocionante ver la obra de Madre Ma. Inés, ¿cuánto duraba un viaje en barco a Japón? ¿cuánto tardaba una carta en llegar a México desde Japón? Sin embargo, los que tienen el corazón inflamado de amor a Dios, nunca los han detenido los obstáculos para entregarle al Señor, tiempo, cansancio, esfuerzo y paciencia con tal de hacer llegar el mensaje del Evangelio a todos los lugares de la tierra.
Gracias a tantos misioneros y misioneras el mundo entero conoce el Amor de Jesús. Este es el caso de Madre María Inés Teresa Arias, no importa el tiempo en que nos toque vivir, siempre hay necesidad de hablarles de Dios a todos.

Una vez obtenida la transformación de los monasterios de Cuernavaca y Puebla en congregación misionera, la Madre Ma. Inés se dedicó a ejecutar sus ansias apostólicas. Deseaba ardientemente hacer amar y conocer al Señor y a la Virgen de Guadalupe. El 9 de abril de 1953 inicia su primer viaje intercontinental. Visitó San Antonio Texas, y Los Angeles California en Estados Unidos partiendo después en barco rumbo a Japón, donde visitó Tokio y Karuizawa. Esta fue la primera de sus continuas visitas a las diferentes misiones con el fin de animar y acompañar más de cerca a sus hijas.


El 7 de febero de 1953 el Sr. Arzobispo Petrus Tatsuo Doi obtiene de la Santa Sede el permiso para erigir un noviciado en la ciudad de Tokio.
Describe en una carta a su hermana Tere lo que encuentra en Japón, los deseos de salvar almas y la urgencia que la mueve a realizarlo, sin olvidar expresar los detalles de amor que la unen a su familia. Sus hermanas comprometidas con la causa, son sus principales promotoras y auxiliares, por eso el intento de hacer notar que cuando hay una santa en la familia está acompañada por una familia santa.



Tokio, Japan, Mayo 22 de 1953
Mi querida hermanita:
Por fin me tienes en este deseado Tokyo, en donde encontré muy bien a las hijas, muy adelantadas en el japonés, y bregando por dejar antes de mi salida, ya iniciada la Ciudad de la Niña. Queremos empezar con dos actividades, las pequeñitas y las grandes, entre tanto se puede ir desarrollando lo demás, pues son varias cosas las que hay que hacer dentro de la Ciudad de la Niña. Pero imagínate, ahorita únicamente para anexar un terreno necesitamos Dls. 40,000.oo. Quiero que empecemos a construir los salones que necesitamos para lo que te he dicho, y es bastante cara la construcción, y eso que lo vamos hacer estilo americano , pues aquí no se usa de ladrillo por los temblores. En los días que tengo aquí ya me han tocado cuatro bastante fuertecitos, pero...ni a calor me llega. Se puede hacer también las construcciones de concreto, esto es las paredes y todo son de concreto, te imaginas como sale de caroTe adjunto una carta para Amparito Gonzalez Ramirez, nuestra Misionera, para que la entusiasmes para que vea que hace y tú con ella en favor de esta Ciudad de la Niña. Necesitamos mucho dinero Mira, para la compra de un metro cuadrado de terreno. $25.00
para comprar un subó (que es la medida japonesa y equivale a 3.60 M. $90.00
para pagar un metro de construcción $55.00
para un subó $198.00
para sostener a una niña mensualmente 70.00
Verdad que van a trabajar con toda su alma por conseguirnos ayudas generosas para estos fines tan nobles? No se imaginan como ha quedado la juventud después de la guerra. Sale en los periódicos que se pierden mensualmente como 300 muchachas con los americanos.-- que pena verdad.- A ver que organizan Uds. tienen iniciativa. También le voy a decir a Jesusita pues estoy segura que no me mandará a Lucas, puesto que se trata de la niñez y de la juventud. Y así se logra que muchas sobre todo en las niñas se hagan católicas porque se cogen desde pequeñitas.Tú ve a todos los parientes y amigos, que no se queden indiferente, y que no digan que allá también se necesita esto, etc. Estos pobres no tienen fe y si de México les damos N. Señor recompensará a Mexico con grandes Dones espirituales. Sería muy bueno pedir en la Secretaría de Educación el permiso para hacer una colecta en las escuelas del gobierno. Se les puede dar una conferencia para hablarles de estas pobres niñas. Creo que en las escuelas superiores daría mejor resultado. Hay que anunciarselas con anticipación, para que vayan prevenidas. Amparito es muy misionera. Piensen bien cómo le hacen. Si en colegios que no tengan Misiones católicos. pudieran hacer algo; sería también muy bueno pero creo que para esto necesitarían el permiso del Sr. Arzobispo, y no será fácil que lo dé... Tú Tere abusa todo tu ingenio, dile a Alfonso Arroniz que en nombre de la nietecita, sostenga él aquí a una niñita que si quiere llevará el nombre de ella. También dícelo a Tere y a Tere chica. Yo no les escribo porque no tengo su dirección, pero tú dícelos en mi nombre. Que no te quede ni un pariente por ver para esto. Dios te lo pagará. Dile a Pepito a Mary que se apuren a estudiar y a ofrecer todo a N. Señor todos los más pequeños sacrificios que puedan por la conversión de los niños que no conocen a Dios para que cuando tengan edad se vengan a evangelizar a las almas. Dile a Pepito y también a Mary que le dí a Carmelina todos los besos que para ella le mandaron y el pañuelito de Mary el día de Pentecostés lo vamos a poner en la custodia. Que su nina les manda también muchos besos y que pidan mucho por ella. Diles a las García mis necesidades y que ellas c/u tiene que darle a N. Señor para unos metros de construcción y a Conchita que en Cuernavaca hicimos un ramillete por su esposo y se lo mandé. pero que no obtuve contestación. Dile también esto a Tere Cuesta es muy generosa yo creo que hará algo por este proyecto.--- Salúdame mucho a Pepe y que sea él y tú siempre unos modelos para sus hijos. A todos mis chiquitos muchos besitos y también para mi Tere esperando que el genio ya se le haya hecho dulce.
TU HERMANA QUE NO TE OLVIDA Y MUCHO TE QUIERE.
Sor. Ma. Inés Teresa O.S.C.M.

sábado, 25 de julio de 2009

Berthe Petit

Del Folleto Adoración Eucarística y Maternidad Espiritual para la Santificación de los Sacerdotes. (Congregación del Clero)



Sábado 25 de Julio






Berthe Petit (1870-1943)

Berthe Petit es una gran mística belga, un alma de expiación poco conocida. Jesús le indicó claramente el sacerdotepor el cual ella debía renunciar a sus proyectos personales y también se lo hizo encontrar.

El ‘precio’ por un sacerdote santo

Desde cuando era una joven de quince años, Berthe durante cada Santa Misa rezaba por el celebrante: “Jesús mío, haz que Tu sacerdote no te dé aflicciones!”. Cuando tenía diecisiete años, sus padres perdieron todo su patrimonio por una fianza; el 8 de diciembre de 1888, su director espiritual dijo a Berthe que su vocación no era el monasterio, sino permanecer en casa y cuidar a sus padres. De mala gana la joven aceptó el sacrificio; pero le pidió a la Virgen ser mediadora para que, en el lugar de su vocación religiosa, Jesús llamara un sacerdote diligente y santo. “¡Usted será atendida!”, le confirmó el padre espiritual.
Lo que ella no podía prever, ocurrió 16 días después: un joven jurista de 22 años, el Dr. Louis Decorsant, estaba rezando delante de una estatua de la Madre Dolorosa. Al improviso e inesperadamente, él tuvo la certeza que su vocación no era la de casarse con la joven que amaba y ejercer la profesión de escribano. Comprendió claramente que Dios lo llamaba al sacerdocio. Esta llamada fue tan clara e insistente que él no titubeó ni siquiera por un instante en dejar todo. Después de los estudios en Roma, donde había completado su doctorado, fue ordenado sacerdote en 1893. Berthe tenía entonces 22 años.
En el mismo año, el joven sacerdote de 27 años celebró la Santa Misa de medianoche en un suburbio de París. Este hecho tiene su importancia porque a la misma hora Berthe, participando en la Santa Misa de medianoche en otra parroquia, prometió solemnemente al Señor: “Jesús, quisiera ser un holocausto para los sacerdotes, para todos los sacerdotes, pero en particular para el sacerdote de mi vida”.

Cuando fue expuesto el Santísimo, la joven vio al improviso una gran cruz con Jesús y a sus pies María y Juan. Ella escuchó las siguientes palabras: “Tu sacrificio fue aceptado, tu súplica atendida. He aquí tu sacerdote.... Un día lo conocerás”. Berthe vio que los rasgos del rostro de Juan habían asumido aquellos de un sacerdote para ella desconocido. Se trataba del reverendo Decorsant, pero ella lo encontró solamente en 1908, es decir quince años después, y reconoció su rostro.
El encuentro querido por Dios

Berthe estaba en Lourdes en peregrinaje. Allí la Virgen le confirmó: “Verás al sacerdote que has pedido a Dios hace veinte años. Sucederá dentro de poco”. Ella se encontraba con una amiga en la estación de Austerlitz, en París, en un tren que se dirigía a Lourdes, cuando un sacerdote subió a su compartimiento para ocupar un lugar para una enferma. Era el reverendo Decorsant. Sus rasgos eran aquellos que Berthe había visto en el rostro de San Juan quince años antes, por lo tanto era aquella persona por la cual ya había ofrecido tantas oraciones y sufrimientos físicos. Después de intercambiar algunas palabras de cortesía, el sacerdote descendió del tren. Exactamente un mes más tarde, el mismo reverendo Decorsant fue en peregrinaje a Lourdes para confiarle a la Virgen su futuro sacerdotal. Cargado con los equipajes, encontró nuevamente a Berthe y a su amiga. Reconociendo a las dos mujeres, las invitó a la Santa Misa. Mientras Padre Decorsant elevaba la hostia, Jesús dijo a Berthe en su interior: “Éste es el sacerdote por el cual acepté tu sacrificio”. Después de la liturgia, ella supo que ‘el sacerdote de su vida’, como lo habría llamado sucesivamente, estaba alojado en su misma pensión.

Una tarea en común

Berthe reveló al Padre Decorsant su vida espiritual y su misión para la consagración al Corazón Inmaculado y Doloroso de María. Él, por su parte, comprendió que esta alma preciosa le había sido confiada por Dios. Aceptó un lugar en Bélgica y se convirtió para Berthe Petit en un santo director espiritual y en un apoyo incansable para la realización de su misión. Como era un excelente teólogo fue el intermediario ideal con la jerarquía eclesiástica de Roma. Durante 24 años, es decir hasta la muerte, acompañó a Berthe, quien, como alma de expiación, a menudo estaba enferma y sufría particularmente por los sacerdotes que habían dejado su vocación.

viernes, 24 de julio de 2009

VOLUNTARIOS DE LA SALUD

Hace ratito platicaba con Beatriz y me comentaba lo decaído que está el Voluntariado en el Hospital General. Sabemos que en verano todas las actividades decaen porque es difícil mantener el ritmo cuando el calor nos afecta tanto, también porque es el tiempo de vacaciones, y también porque ha faltado mas motivación y probablemente formación... Mientras no estemos convencidos de que el ir a visitar enfermos es tomar el lugar de Jesús para que mire con nuestros ojos, hable con nuestra boca y consuele con nuestros sentimientos nos parecerá que es poca cosa lo que hacemos, que otro podrá hacerlo mejor, etc. etc.


Cuando se entra al mundo del enfermo, se tiene que tener una conciencia muy clara de que estamos entrando en terreno sagrado, que tocar el sufrimiento "del otro" es tocar a Cristo. Así lo sentía y lo sabía San Camilo de Lelis, también lo experimentó San Juan de Dios. Entonces nuestro voluntariado se convierte en un acto sublime, irrepetible e insustituible, nadie hará lo que yo deje de hacer. Lo que yo haga y lo que deje de hacer quedrá así hasta la eternidad.


Pero no se trata tan solo de tener una conciencia clara es sobre todo un profundo acto de amor, y como hemos escuchado muchas veces la medida del amor es amar sin medida.


Tal vez, lo único que falta para alimentar nuestro apostolado sea, precisamente lo que acostumbramos pasar por alto, AMAR, pero amar según Cristo, y eso necesita de la oración, de los sacramentos y de la comunidad.


Entonces el examen de conciencia con respecto al Voluntariado tendría que ir en esa línea: ¿cómo ando en oración? ¿cómo vivo la vida sacramental, son frecuentes para mi la Eucaristía y la Reconciliación? y que tanto vivimos y compartimos con los demás voluntarios nuestras inquietudes, deseos y dudas de nuestro apostolado? ¿que tanta formación espiritual, doctrinal y práctica recibo? ¿pienso que la necesito o creo que está demás?


Algo que podría ayudarnos también, es darnos cuenta que no estamos solos, que hay muchos, muchísimos voluntarios en el mundo que comparten con nosotros el amor por los que sufren, y también las dudas y la dificultades de ser fieles.


El dolor y el sufrimiento en este mundo son infinitos, nunca habrá suficientes personas capaces de acompañar al enfermo, por eso, nunca caigamos en la tentación de abandonar nuestro apostolado, al contrario, ir, si bien con esfuerzo, pero con entusiasmo, con amor, con ganas, y no solo eso sino que seamos capaces también de contagiar a otros el deseo de servir al Señor cuidando y acompañando al que sufre.


ANUNCIOS PARROQUIALES

Para reír un rato: Según quien los publicó son reales...
Son avisos parroquiales, reales todos ellos, que seguramente habrán sido hechos con toda la buena voluntad, inocencia y total respeto:
Para los que tienen hijos y no lo saben, tenemos en la parroquia una zona arreglada para niños.

El grupo de recuperación de la confianza en sí mismos se reúne el jueves por la tarde, a las 8. Por favor, para entrar usen la puerta trasera.

El viernes, a las 7, los niños del Oratorio representarán la obra "Hamlet" de Shakespeare, en el salón de la iglesia. Se invita a toda la comunidad a tomar parte en esta tragedia.

Estimadas señoras, ¡no se olviden de la venta de beneficencia! Es una buena ocasión para liberarse de aquellas cosas inútiles que estorban en casa. ¡¡Traigan a sus maridos!!

Tema de la catequesis de hoy: "Jesús camina sobre las aguas".Catequesis de mañana: "En búsqueda de Jesús".

El coro de los mayores de 60 años se suspenderá durante todo el verano, con agradecimiento por parte de toda la parroquia.

Recuerden en la oración a todos aquellos que están cansados y desesperados de nuestra parroquia.

El torneo de basquet de las parroquias continúa con el partido del próximo miércoles por la tarde. ¡Acompáñennos a derrotar a Cristo Rey!

El precio para participar en el cursillo sobre "oración y ayuno" incluye también las comidas.

Por favor, pongan sus limosnas en el sobre, junto con los difuntos que deseen que recordemos.

El párroco encenderá su vela en la del altar. El diácono encenderá la suya en la del párroco, y luego encenderá uno por uno a todos los fieles de la primera fila.

El próximo martes por la noche habrá cena a base de guiso de frijoles en el salón parroquial. A continuación tendrá lugar un concierto.

Recuerden que el jueves empieza la catequesis para niños y niñas de ambos sexos.

El mes de noviembre terminará con un responso cantado por todos los difuntos de la parroquia.

jueves, 23 de julio de 2009

Mi hermanito



Este es mi hermano Pbro. Gerardo González. Hoy lo quiero presumir. Y decirles que en este Año Sacerdotal pues hay que rezar mucho por todos los sacerdotes. Tú ¿ya adoptaste un sacerdote? yo si... adivina a quien..

JAPÓN y un beso 1a. Parte


Madre María Inés Teresa, inció su plan de misiones poniendo su corazón en el Japón, y envió allá a cuatro religiosas misioneras clarisas entre las que se encontraba su hermana Carmelina, ella tomó el nombre de Sor María del Dulce Nombre, (en la foto se ve junto a su hermana).

Alma tuvo a bien enviarme algunas fotos entre las que destaca ésta de un calendario hecho para celebrar los 50 años de las misiones del Japón y porque el 22 de Junio de 1951 se recibió el decreto de transformación a Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento. Y el 23 de Octubre del mismo año se inicia la Misión en Japón.


Y nos cuenta esta hermosa anécdota:
Tía Carmelina hermana de Madre María Inés estaba en la Congregacion y ella fue una de las 4 elegidas para ir a la primera misión y para despedirse y rogar a Dios y la Morenita por el éxito de la misma, la misa fue en la Basílica de Guadalupe, al salir de Misa estaban solicitando ayuda para las misiones y un horroroso señor le dijo a Tía Carmelina que si le daba un beso le daría todo lo que traía en su cartera, y ella ni tarda ni perezosa se arrodilló y le beso los pies, y cuentan que el horroroso se puso de todos colores y sacó la cartera y se la entregó a Tía Carmelina y se fue. Esto no es un milagro ni mucho menos pero son detalles por lo que tuvieron que pasar para llegar a su primera Misión tan soñada para Tía Manulieta.

martes, 21 de julio de 2009

CONVOCADA A LA CASA DEL PADRE



JULIO 22 DE 1981 -JULIO 22 DE 2009





Esta es la fecha en que Madre María Inés Teresa Arias Espinosa, fue convocada a la casa del Padre y ella pudo decir: He competido en la noble competición, he llegado a la meta en la carrera, he conservado la fe. Y desde ahora me aguarda la corona de la justicia que aquel Día me entregará el Señor, el justo Juez; y no solamente a mí, sino también a todos los que hayan esperado con amor su Manifestación. (2 Tim 4, 7 – 8).


Es el 22 de julio de 1981. Una tarde serenísima. Una casa pequeña, antigua. En los árboles, las aves entonan sus cánticos de alabanza y gloria a su Creador. Todo es sensación de paz, serenidad, recogimiento… invitación constante a la meditación, a la unión de la criatura con su Creador. En la capilla, la comunidad reza las vísperas de santa María Magdalena, la amadora de Jesús, se canta el Magnificat. Contemporáneamente a todo esto, en una habitación contigua a la capilla hasta donde llegan los cantos y a través de los árboles y la ventana los últimos rayos del sol, se consuma definitivamente una llamada y una promesa, una consagración, un encuentro largamente deseado aunque nunca pedido: La Madre María Inés-Teresa Arias, fundadora de la congregación de Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento, siendo exactamente las siete de la tarde, en un más intenso acto de amor, entrega su alma en manos del Padre a Quien tan tiernamente amó toda su vida, en perfecta donación, como víctima de holocausto en unión con el Hijo por el Espíritu Santo para gloria de Dios y salvación de las almas.


Sus últimas palabras, unos minutos antes del acto supremo: «Sí, hemos terminado, gracias a Dios…» el corazón que tanto había amado a Dios y a las almas había dejado de latir después de nueve meses de gravedad, ofreciendo sus sufrimientos a Dios por la Iglesia, por el Santo Padre y el mundo entero, en continuos actos de amor y repitiendo su jaculatoria: «que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero» Tres días antes, como presintiendo que su tránsito estaba por realizarse, había dicho: «sólo quedan tres días de gracias», porque ella llamaba «gracia» al sufrimiento. Y exactamente tres días después abandonaba esta tierra para volar al cielo a los brazos del Padre quien la esperaba con los brazos abiertos. Así se realiza en ella, después de haberlo vivido, aquello que Ella misma escribiera sobre la muerte de una Misionera Clarisa: del altar de su propio sacrificio ha pasado la víctima dichosa al altar del cielo, al altar mismo de Dios tan bueno que llena de alegría su juventud. …para cantar alegre en seguimiento del cordero, ese cántico nuevo del amor, que sólo las almas vírgenes podrán cantar»



De la página de las Misioneras Clarisas http://www.misionerasclarisas.com/

SIERVA DE DIOS CONSOLATA BETRONE

Del Folleto Adoración Eucarística y Maternidad Espiritual para la Santificación de los Sacerdotes. (Congregación del Clero)
Martes 21 de Julio


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Sierva de Dios Consolata Betrone (1903-1946)

Los sacrificios y las oraciones de una madre espiritual de sacerdotes favorecen particularmente a los consagrados, que se perdieron o han abandonado su vocación. Jesús, en su Iglesia, ha llamado a ésta vocación a innumerables mujeres orantes, como por ejemplo Sor Consolata Betrone, Clarisa Capuchina de Turín. Jesús le dijo: “Tu tarea en la vida es dedicarte a tus hermanos. Consolata, también tú serás un buen pastor y tienes que ir a buscar a los hermanos extraviados para reconducírmelos”. Consolata ofreció todo por ellos, “sus hermanos” sacerdotes y consagrados, que tenían necesidades espirituales. En la cocina, durante el trabajo, rezaba continuamente su oración del corazón:
“¡Jesús, María, os amo, salvad almas!”.
Cambió conscientemente cada mínimo servicio y cada deber en sacrificio. Jesús le dijo respecto a esto: “Éstas son acciones insignificantes, pero como tú me las ofreces con tanto amor, concedo a ellas un valor desmedido y las transformo en gracias de conversión, que descienden sobre los hermanos infelices”.
A menudo, en el convento eran señalados por teléfono o por escrito, casos concretos de los cuales Consolata se hacía cargo en el sufrimiento. A veces sufría durante semanas o meses aridez, abandono, sentido de inutilidad, oscuridad, soledad, dudas y por el estado pecaminoso de los sacerdotes. Una vez, durante estas luchas interiores, le escribió a su padre espiritual: “¡Cuánto me cuestan los hermanos!”. Pero Jesús le hizo la grandiosa promesa: “Consolata, no es sólo un hermano que reconducirás a Dios sino a todos. Te lo prometo, me regalarás a los hermanos, uno después del otro!”. ¡Así fue! Recondujo hacia un sacerdocio rico en gracia a todos los sacerdotes confiados a ella. Muchos de estos casos fueron documentados con exactitud.

lunes, 20 de julio de 2009

LAS JACULATORIAS



Las Jaculatorias, son oraciones pequeñas, rápidas, que dirigen nuestro corazón a Dios. La palabra significa más o menos "lanzar una palabra" es como enviar una flecha veloz que llegue al corazón de Dios y lo más hermoso es que todos sabemos jaculatorias. Es bueno que durante el día tengamos la costumbre de rezar jaculatorias en cualquier momento. Eso nos mantendrá en contacto con Él.
María Madre de Gracia, Madre de Misericordia...
Sagrado Corazón de Jesús...
Señor abre mis labios.....
Jesús, José y María....
¿Cuáles jaculatorias acostumbras tú?.....

MISIÓN CONTINENTAL Crece

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A medida que crezca la concienca de tu pertenencia a Cristo, en razón de la gratuidad y alegría que produce, crecerá también tu ímpetu para comunicar a todos la alegría de ese encuentro (DA 145).

Tu vida se convertirá sin que tú mismo lo notes, en el mejor testimonio de que estás convencido de lo que proclamas y tu anuncio será verdadero.

Dentro de tí crece Jesús, y crecerá en la medida de tu amor y tu entrega. Debes madurar constantemente en el conocimiento, amor y seguimiento de Jesús, Maestro; profundizar en el misterio de su persona, de su ejemplo, de su doctrina...mediante una catequesis permanente y la vida sacramental. (DA 278)

domingo, 19 de julio de 2009

TESTIMONIO SACERDOTAL

Mucho hemos escuchado de los escándalos sacerdotales y nos damos cuenta que los medios se ensañan con estas noticias y publican todo lo que encuentran y lo que no lo inventan. Pero cuando se trata de un testimonio de santidad entonces guardan un silencio sepulcral. De pronto de vuelven sordos y mudos. Es por eso que en este sitio queremos hacer un pequeño homenaje a todos aquellos santos, buenos y sacrificados sacerdotes que han vivido su ministerio en las situaciones más terribles y en ellas se han santificado.

El P. Anton Luli pasó 50 años de sacerdocio entre cárceles y persecuciones.

El propio P. Luli ofreció su testimonio, al comentar un misterio del Rosario, ante dos mil sacerdotes de todo el mundo reunidos ante la Virgen de Fátima en el I Encuentro mundial de sacerdotes, preparatorio del Jubileo 2000, celebrado en Fátima en 1996.

María, queridos hermanos sacerdotes, se convierte en "el espejo" de nuestra misión sacerdotal, modelo de cómo vivir nuestra vida sacerdotal, aún en los momentos de dificultad, también cuando la sombra de la cruz, de la prueba, de la soledad se extiende a ella.



Bendigo al Señor que a mí, su pobre y débil ministro, me ha dado la gracia de permanecerle fiel durante una vida prácticamente marcada por las cadenas. Solo su gracia podía hacer esto.


Soy Albanés y todos Ustedes saben que mi país apenas ha salido de las tinieblas de una dictadura comunista entre las más crueles e insensatas, que ha dirigido todo el odio contra todo aquello que podía, en cualquier modo, hablar de Dios. Muchos de mis hermanos en el sacerdocio murieron mártires: a mi al contrario me ha tocado vivir. Me arrestaron en 1947, después de un proceso falso e injusto: apenas había terminado mi formación. He vivido 17 años como prisionero y otros de trabajos forzados. Prácticamente he conocido la libertad a los 80 años, cuando en el 1989 he podido celebrar la primera misa en medio a la gente. Humanamente hablando fui depredado del derecho de vivir.


Pero hoy, recorriendo con mi pensamiento mi propia existencia, me doy cuenta de que la misma ha sido un milagro de la gracia de Dios y me sorprendo de haber podido soportar tanto sufrimiento, con una fuerza que no era la mía, conservando una serenidad que no podía tener otra fuente que el corazón de Dios.


Me han oprimido con toda clase de torturas: cuando me arrestaron la primera vez me hicieron permanecer 9 meses en un baño: me tenía que acurrucar por tierra encima de los excrementos endurecidos sin lograr jamás extenderme completamente, tan estrecho era el sitio. La Noche de Navidad de aquel primer mes, siempre en este lugar, me hicieron desvestir y me ataron con una cuerda a una viga, en modo tal que podía tocar el piso sólo con la punta de los pies. Hacía frío. Sentía el hielo que subía a lo largo de mi cuerpo: era como una muerte lenta. Cuando el hielo estaba para llegar al pecho grité como desesperado. Mis guardias corrieron, me golpearon y luego me tiraron al piso. Con mucha frecuencia me torturaban con la corriente eléctrica: me metían dos alambres a los oídos: era una cosa horrible, horrenda. Por un período usaban amarrarme las manos y los pies con alambres, extendido por tierra en un local oscuro lleno de grandes ratas que me pasaban por encima sin que yo pudiera hacer nada. Llevo todavía en mis puños las cicatrices de los alambres que se me enterraban en la carne. Vivía con la tortura de permanentes interrogatorios, que eran siempre acompañados de violencia física: recordaba entonces la violencia sufrida por Jesús cuando era interrogado delante del Sumo Sacerdote.


Una vez me colocaron delante un papel y un estilógrafo y me dijeron: "Escribe una confesión de tus crímenes y si eres sincero podríamos hasta mandarte a casa. Para evitar golpes y bastonazos empecé a llenar alguna página con los nombres de los muertos o de los fusilados con los cuales nunca tuve nada que ver. Al final agregué: "Todo lo que he escrito no es verdadero, pero lo he escrito porque me obligaron. El oficial empezó la lectura con una sonrisa de satisfacción, seguro de haber logrado su objetivo, pero cuando leyó los últimos renglones, me golpeó y blasfemando invitó los policías a llevarme fuera gritando: "Sabemos como hacer hablar esta carroña".

Cuando me hicieron salir de la prisión he tenido que trabajar como agricultor en una Hacienda del Estado: me pusieron a trabajar en la recuperación de los pantanos.. Era un trabajo fatigoso y con la poca alimentación que teníamos se nos reducía a gusanos humanos: cuando uno de nosotros caía le dejaban morir en los pantanos. Pero en aquel período lograba decir la misa, aunque de manera clandestina, solo desde el ofertorio hasta la comunión. Lograba procurarme un poco de vino y de hostias: pero no podía confiar en ninguno porque si me descubrían me habrían fusilado. Permanecí así con este trabajo por un periodo de once años.


El 30 de abril de 1979 me arrestaron por segunda vez, me llevaron a Scurati y me requisaron. No tenia más que el Rosario, un cortaplumas y el reloj. Después de la requisa abrieron una puerta y me tiraron dentro, a una celda. Sabía que me estaba dirigiendo hacia un nuevo calvario. Pero fue precisamente en aquella ocasión en la que tuve una experiencia extraordinaria, que me recuerda en cualquier modo la "transfiguración" de Jesús, en la cual Él tomó la fuerza mientras se daba inicio a su sufrimiento. Él subió a la montaña, yo me sentía al inicio como sepultado en lo profundo de la tierra. Pero al improviso la desconsolación cedió el puesto a una extraordinaria experiencia del Señor. Era como si Él estuviera allí presente, de frente a mi, y yo le pudiera hablar. Fue determinante para mi aquel momento porque iniciaron con las torturas y con un nuevo proceso. El 6 de noviembre de 1979 me condenaron a muerte por fusilación. La acusa: sabotaje, propaganda antigobernativa.... Pero, dos días después, la pena de muerte fue conmutada en 25 años de prisión.


Así ha transcurrido mi vida. Pero jamás he albergado en mi corazón, sentimientos de odio. Encontrando un día, después de la amnistía, a uno de mis torturadores sentí el impulso interior de saludarlo y lo besé. La formación de la Compañía me había acostumbrado a la idea de que la fidelidad a Jesús es lo más importante en la vida del Jesuita y que esa algunas veces debe pagarse a caro precio. También a precio de la misma vida.


Pero hoy, contemplando la gloria de María en el cielo, y pensando que también a nosotros se nos ofrece esta gloria futura con Dios, no puedo hacer otra cosa que dirigirme a vosotros, queridos hermanos sacerdotes, con las palabras de San Pablo: "Porque estimo que los sufrimientos del mundo presente no son comparables con la gloria que ha de manifestarse en nosotros" (Rom. 8,18). Contemplamos la gloria de María en el cielo, permanecemos fieles, en pie, con fuerza y dignidad cerca de la cruz de Jesús, sin importarnos el modo en que esa cruz se presente en nuestra vida. Nosotros somos personas que nos entregamos al amor de Cristo. Quién nos podrá separar de este amor?. Este es el verdadero mensaje de mi experiencia de vida: en todos los momentos de sufrimiento y de dificultad "nosotros salimos vencedores gracias a Aquel que nos amó" (Rom. 8,37).


Virgen María, Reina de los Angeles y de los Santos, Reina de los mártires, conocidos y desconocidos, ruega por nosotros, fortalécenos y permítenos llegar a Ti, en la plenitud de la vida y de la gloria que Jesús nos ha prometido. Amén.

viernes, 17 de julio de 2009

QUERIDO SANTO PADRE

Cómo me duele que se haya lastimado su manita. Dios quiera que se reponga muy pronto, porque lo necesitamos bueno y sano para que nos siga guiando. Seguiré rezando siempre por usted pero con más devoción y amor. Que la Virgen Santísima lo proteja siempre. Lo quiero tanto que siento como si a mi papá le hubiera sucedido eso. !!!Cuídese Santo Padre!!!

Los que se quieran unir a la oración, recemos todos los días por el Papa Benedicto XVI, por su ministerio, y su salud:


Padre nuestro que estás en los cielos, que todo lo gobiernas a través de Tu Hijo Jesucristo ten piedad y misericordia de tu amadísimo hijo El Papa Benedicto XVI y concédele por tu infinita misericordia, larga vida y salud en abundancia, para encaminar al mundo por senderos de paz y justicia, de amor y prosperidad y de verdadera santidad. Dale a tu vicario en la tierra fuerza, protección y los dones del Espíritu para cumplir con la misión que le has encomendado.

Gracias Señor por darnos a Benedicto XVI. Danos la gracia de estar siempre con él, unidos a tu rebaño, la Iglesia Católica. Por Nuestro Señor Jesucristo Amén.

lunes, 13 de julio de 2009

LA FAMILIA DE UNA SANTA

Cuando conocemos la vida de un santo, sus virtudes, sus obras, los milagros, las fundaciones etc. por lo general son personas que junto con toda su generación ya se fueron y solo quedan los testimonios escritos o narrados por otros que a su vez los oyeron de otros.


No es este el caso de Madre Ma. Inés, ella es contemporánea nuestra, vivió nuestro tiempo. Su semblanza está escrita por su familia espiritual que cada día es más y más grande para que quede patente el cumplimiento de la promesa que la Virgen de Guadalupe le hizo en su "visión".

Pero todavía nos queda su familia sanguínea, sus hermanos, primos, sobrinos, sobrinos nietos, todos los que de una u otra forma convivieron con ella y hoy nos quieren compartir lo que ha significado para ellos ser la familia de una "santa", -hoy por hoy es "venerable" pero va camino a los altares- Los recuerdos que se han vuelto imborrables, y que han transformado sus vidas. Las pequeñas cosas como fotografías, alguna medallita o regalo que ella les dio, quizá una carta, ya no son solo lindos y antiguos recuerdos sino reliquias con un valor espiritual muy profundo. Pero ya no quiero alargarme en lo que trato de imaginar debe ser esa experiencia única y maravillosa y dejo el paso a los protagonistas de este espacio, a la familia de la Madre Ma. Inés Teresa Arias Espinosa.

Mi suegro, José Martin Lomelí de la Peña, Luis Octavio Lomelí Arias, mi cuñado, Hna. Concepción Casas Moyrón Hna. Teresa Velazco , Alma, Tía Manuelita, Hna. Julia Meijueiro Morossini, (actual Superiora Gral.), Luis Gómez Urrea, en ese momento Novio de mi cuñada, José Porfirio Eustaquio Lomelí Arias mi marido, Enrique Levy Araujo, mi hermano, María Lomelí Arias, mi cuñada
Alma (en la foto es quien Madre María Inés la tiene tomada del brazo). y muy amablemente accedió a responderme estas preguntas:

¿Cuál es tu parentesco?

Madre María Inés era hermana de mi suegra, de modo que es mi tía política.

¿Cómo era tu relación con ella?
De mucha confianza como lo era con todos a quienes trataba, inspiraba una gran paz y mucha confianza, siempre con un buen consejo, y muy preocupada por mis hijos, que crecieran sanos en todos sentidos y muy unidos a Jesús, compartiendo siempre con nosotros su mayor tesoro su gran amor por Jesús y María, pero todo esto caracterizado por un gran sentido del humor.

¿Qué era lo que más te gustaba de ella?
Su alegría y entusiasmo por todo lo que hacía, su sencillez y humildad, ver como todos quienes se acercaban a Ella eran tratados como el más importante y sobre todo la paz que sentía al platicar con Ella.

¿Qué es lo que más recuerdas?
Su sonrisa Ella nunca parecía cansada, molesta o preocupada, siempre con una sonrisa y con el mejor ánimo, como te comente una día, era algo inexplicable el sentimiento y la sensación que inspiraba estar a su lado, pero ahora pensando en eso creo que los Santos irradian algo muy especial. Y su presencia es imponente, y muy tranquilizadora.

¿Qué anécdota personal compartirías?

Yo me case 2 días después de que murió mi suegra, y como Tía Manuelita (el nombre de pila de Madre Ma. Inés) no podía venir a México le pidió a mi cuñada quien es la única mujer pues eran 3 hombres y ella, que fuera a California para verla, y algunas de las Hermanas Clarisas, que habían venido al sepelio se quedaron a acompañarnos en la boda, nos habían prestado una grabadora con la que grabamos la Misa de la boda, por supuesto lo enviamos con Mary (mi cuñada), para que lo oyera Tía Manuelita, cuando regresó Mary, quisimos volver a oír la Homilía, pues por el fallecimiento tan reciente, fue muy emotiva y cuál fue nuestra sorpresa que solo se escuchaba un ruido como de papel, pues nadie sabe como se grabó la conversación después de ir de compras y lo que se escuchaba era el ruido de las bolsas al sacar las compras, y la plática de lo que habían comprado, se borró únicamente lo que más deseábamos guardar, y resulta que Tía Manuelita hizo un gran esfuerzo y viajó a Guadalajara para ver a toda la familia de su querida hermana Tere a quien todas las Clarisas la llamaban la Tía Tere incluyendo al nuevo miembro o sea yo, de modo que creo que valió la pena el cambio pues fue cuando conocí a la Tía Manuelita.

¿Qué te gustaría que los demás conocieran de ella?

Su celo Misionero su sencillez y el gran deseo de trabajar siempre, para ganar Almas para Jesús, era tal, que verdaderamente lo contagiaba. El entusiasmo y amor que contagió a cada una de sus hijas en la Congregación y a todos aquellos quienes tuvimos la fortuna de conocerla en esta vida.

Las dos familias de Madre Ma. Inés: la sanguínea y la espiritual se han vuelto una, pues están estrechamente unidas.

¿Cómo sientes que es ahora tu relación con ella sabiendo que va a los altares?

La siento mucho más cercana, pues tanto en tristezas como alegrías siempre me ayuda a tomar la mejor decisión, siempre pido su ayuda y guía para todo, hasta para las cosas más pequeñitas, cuando vivía, la verdad es que casi no la podíamos ver, pues como Superiora, tenía que visitar todas las casas de la Congregación y ya eran muchos países Gracias a Dios en donde había Misioneras Clarisas, y pasaba mucho tiempo en que únicamente sabíamos de Ella por el correo que aún con tanto trabajo, siempre se daba un tiempecito para saber de todos nosotros, darnos consejos, tanto para nuestro matrimonio como para la educación de nuestros hijos, en cambio ahora sabemos que siempre está con nosotros y nos ayuda mucho, y sabemos pues lo sentimos que nos ayuda constantemente.

¿Qué favores has recibido de ella?

Recuerdo la primera vez que pedí su intercesión en un programa de televisión presentaron el caso de una pequeña que había sido raptada, me conmovió mucho el dolor de la madre, y le pedí que ayudara a encontrarla esto fue en 1986 pero no solo eso, sino que si ella metía su manita me lo hiciera saber con algún detalle y le dije que si había sido ella quien intercediera, me lo hiciera saber, dando la buena noticia inmediatamente empezando el programa y así fue, la alegría era inmensa pues además de que la niña estaba con su mamá, el saber que nuestra querida Tía Manuelita había intercedido para que le fuera concedido ese favor a la afligida madre, fue algo muy emotivo. Y su proceso de Canonización inició hasta 1992. He notado que en algunas ocasiones en que le pido interceder por algo, Ella se las ingenia para hacerme saber, que Jesús nos concede las cosas por su intercesión, pues suceden cosas muy particular.

pronto tendremos más entrevistas........

domingo, 12 de julio de 2009

BEATA ALESSANDRINA DA COSTA

Del Folleto Adoración Eucarística y Maternidad Espiritual para la Santificación de los Sacerdotes. (Congregación del Clero)


Lunes 13 de Julio


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Beata Alessandrina da Costa (1904-1955)

También el ejemplo de la vida de Alessandrina da Costa, beatificada el 25 de abril de 2004, demuestra de manera impresionante la fuerza trasformadora y los efectos visibles del sacrificio de una joven enferma y abandonada.

En 1941 Alessandrina escribió a su padre espiritual, Padre Mariano Pinho, que Jesús le había dirigido esta súplica: “Hija mía, en Lisboa vive un sacerdote que corre el riesgo de condenarse por la eternidad; él me ofende de modo grave. Llama a tu padre espiritual y pídele el permiso para que yo te haga sufrir durante la pasión, de modo particular por aquella alma”.

Recibido el permiso, Alessandrina sufrió muchísimo. Sentía el peso de los pecados de aquel sacerdote que no quería saber más nada de Dios y estaba por condenarse. La pobrecita vivía en su cuerpo el estado infernal en que se encontraba el sacerdote y suplicaba: “¡No al infierno, no! Me ofrezco en holocausto por él hasta cuando Tú lo quieras!”. Ella escuchó hasta el nombre y el apellido del sacerdote.
P. Pinho quiso entonces indagar con el cardenal de Lisboa si en aquel momento existía un sacerdote que le causaba aflicciones. El cardenal le confirmó con sinceridad que efectivamente había un sacerdote que le daba muchas preocupaciones; cuando le reveló el nombre, era justamente el mismo que Jesús había nombrado a Alessandrina.

Algunos meses después le fue referido a P. Pinho, por parte de un amigo-sacerdote, Padre Davide Novais, un acontecimiento particular. Padre Davide había apenas realizado un curso de ejercicios espirituales en Fátima, en el cual también había participado un señor reservado, que había sido notado por todos por su comportamiento ejemplar. Aquel hombre, la última tarde de los ejercicios, sufrió un ataque de corazón; después de llamar a un sacerdote, pudo confesarse y recibir la Santísima Comunión. Poco después murió, reconciliado con Dios. Se descubrió que aquel señor, vestido de laico, era un sacerdote y era precisamente aquella persona por quien Alessandrina había luchado tanto.

MISIÓN CONTINENTAL

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Anunciar el Evangelio no es un activismo descontrolado donde el que más tareas tiene y el que más se nota es el que más colabora.

Necesitas que el Espíritu profundice en tí para que puedas decir: "vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí" y entonces serás discípulo y misionero.

Estás llamado a la santidad y eso, no es una meta inalcanzable sino una necesidad para evangelizar.

Déjate guiar por Él para que tu corazón se transforme, de un corazón de piedra en un corazón de carne.



Vive en diálogo interior con el Señor para que descubras "que bueno es el Señor" y tu dicha sea "poner en Él tu refugio".

jueves, 9 de julio de 2009

LLÉVAME A DONDE QUIERAS

Cuando puse en este blog el primer tema de esta etiqueta, "Que toda rodilla se doble" me gustó tanto, que decidí dejar el nombre para siguientes temas relacionados con la adoración a Jesús en la Eucaristía... y no me han faltado oportunidades para encontrarlos. Y este en especial aunque es un poco largo, me gusta mucho porque está estrechamente relacionado con el sacerdocio así que podría estar en el "año sacerdotal" también, y así lo puse... espero que les guste y les ayude a adorar al Señor.
Llévame a donde quieras.
Era yo un sacerdote recién ordenado y me llamaron cierto día en la noche para auxiliar un enfermo. Era un anciano que tenía cáncer en la boca y en la garganta. Tenía una llaga mal oliente y de muy mal aspecto. Recuerdo que llegué, lo confesé, le di unas palabras de aliento, después lo invité a que recibiera la Sagrada Comunión. Todo iba bien, pero cuando abrió la boca este señor, y cuando hizo un esfuerzo para sacar la lengua para recibir la Eucaristía, vi que toda su boca era una llaga tan impresionante y de tan mal olor, que tuve mucho asco y ganas de vomitar. Pero tomé la Sagrada Hostia y la deposité en aquella llaga tan repugnante cuidando de no tocarla con los dedos. Sin embargo, a Jesús en la Eucaristía lo dejé ahí: Jesús bajaba con amor hacia esa persona. Sentí pena al darme cuenta que no quise tocar la llaga y ver cómo Jesús se entregó en ella. Esta es la entrega de Jesús: total y sin condiciones "Este soy yo, llévame a donde quieras, colócame donde quieras, no importa que sea en la llaga cancerosa más mal oliente que pueda exisitir".

El Sagrario entreabierto.

En un pueblito de la sierra di mis primeros pasos como sacerdote; llegué a ese lugar con muchas ilusiones, iba a prestar mi servicio de diácono. Pero el sacerdote de ese lugar, sacerdote anciano, enfermo, deprimido y de carácter muy recio, después de varios días de que había llegado, un buen día me despidió. Me dijo que ya no podía comer allí con él, que me fuera a donde yo quisiera, pues al fin y al cabo él no me había pedido; que no había nada que hacer en aquel pueblo. Aquel sacerdote tenía una larga historia de sufrimiento.

Aquella noche que me corrió sentí mucha tristeza, era mi primer destino y empezaba con una prueba muy grande y dolorosa. Pensé que el regresarme al seminario y exponer que me habían corrido no era la mejor solución ¿qué hacer? Lo que más sentía en esa noche, no era la duda de seguir o regresarme, sino más bien el rechazo y la humillación por haber sido corrido. Me sentí muy mal y ya no quise cenar. Me dirigí a mi cuarto y tenía ganas de comentar esto con algún compañero, pero el más cercano se encontraba a diez horas a caballo. No había teléfono. Me estaba ahogando con mi pena y no encontraba a alguien para poder desahogarme. Me sentía muy mal, tanto, que el sentimiento se me transformó en lágrimas, pero recordé que tan sólo una pared me dividía del templo y fue así como se me ocurrió llorar frente al Sagrario. El templo estaba muy descuidado. Recuerdo que al pasar por la sacristía observé que de un cuadro grande de la Virgen de Guadalupe salió una rata. Entonces llegué al Sagrario (éste no estaba bien cerrado pues se había perdido la llave) y empecé a reclamarle al Señor, diciéndole: ¿por qué me corrieron? ¿por qué me pasa esto si yo tenía muchas ganas de trabajar? Esto no está bien.

Cuando estaba comentando esto al Señor, me pareció ver que "algo" salía del Sagrario, inmediatamente tomé una veladora y la acerqué para distinguir mejor; entonces pude ver lo que había salido del Sagrario entreabierto: una cucaracha. Luego abrí todo el Sagrario y lo iluminé por dentro con la veladora. Lo que aquella noche fue una visión "apocalíptica". Era algo muy fuerte y una respuesta muy grande la que daba el Señor a mi queja. Observé con honda tristeza y asombro que una cucaracha se estaba comiendo una Hostia Consagrada: !ya la llevaba a la mitad! Este espectáculo provocó una reacción muy grande en mi. Sentí tristeza, amor, pero sobre todo sentí vergüenza de saber que yo me quejaba por tan poca cosa, cuando Jesús por querer acompañar a los hijos de aquel pueblo tan apartado, se dejaba comer por una cucaracha. Miré tan indefenso a Jesús al ver que Él no podía espantar a una cucaracha. Pero yo la espanté y tomé con gran amor y veneración aquella mitad de Hostia y le dí un beso lleno de ternura; comprendí que la entrega de Jesús es sin condiciones. "Esto es mi cuerpo, esto soy yo, cómanme o que me coma una cucaracha".

Así es el inmenso amor de Jesús en la Eucaristía. Aquella Hostia me hizo comprender muchas cosas, me hizo comprender que ser sacerdote es ser "pan partido", para que se lo coman los demás y así dar la vida al mundo. También me hizo comprender que el sacerdote en ocasiones es comido por "una cucaracha". Esa preciada Hostia fue una gran respuesta que me dio Jesús. Enjugó mis lágrimas y me dio mucha fuerza para superar aquella prueba que ahora me parecía pequeña en comparación a la suya. Mi relación con aquel sacerdote mejoró notablemente. Me tocó enterrarlo llorándolo como un gran amigo y un verdadero padre.

Aquella Hostia sigue siendo un faro luminoso en los momentos de oscuridad y de prueba. Así como es la entrega de Jesús, así debe ser la entrega del sacerdote y del cristiano.
Instituto de Ciencias Teológicas ARQUIDIÓCESIS DE GUADALAJARA Pbro. L. Alfonso Zepeda.

miércoles, 8 de julio de 2009

LU MONFERRATO

Del Folleto Adoración Eucarística y Maternidad Espiritual para la Santificación de los Sacerdotes. (Congregación del Clero)

Miércoles 8 de Julio

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Fuimos al pequeño pueblo de Lu en el Norte de Italia, una localidad que cuenta con pocos miles de habitantes y que se encuentra en una región rural a 90 km. al este de de Turín. Este pequeño pueblo hubiera quedado desconocido si en 1881 algunas madres de familia no hubieran tomado una decisión que tuvo ‘grandes repercusiones’.

Muchas de estas madres tenían en el corazón el deseo de ver a uno de sus hijos ordenarse sacerdote o una de sus hijas comprometerse totalmente al servicio del Señor. Comenzaron pues a reunirse todos los martes para la adoración del Santísimo Sacramento, bajo la guía de su párroco, Monseñor Alessandro Canora, y a rezar por las vocaciones. Todos los primeros domingos del mes recibían la comunión con esta intención. Después de la Misa, todas las madres rezaban juntas para pedir vocaciones sacerdotales.

Gracias a la oración llena de confianza de estas madres y a la apertura de corazón de estos padres, las familias vivían en un clima de paz, serenidad y devoción alegre, que permitió a sus hijos discernir con mayor facilidad su llamada.

Cuando el Señor dijo: “Muchos son los llamados, pero pocos los elegidos” (Mt 22,14) hay que comprenderlo de este modo: muchos serán llamados, pero poco responderán. Nadie hubiera pensado que el Señor atendería tan abundantemente la oración de estas madres.

De este pequeño pueblo surgieron 323 vocaciones a la vida consagrada (¡trescientas veintitrés!): 152 sacerdotes (y religiosos) y 171 religiosas miembros de 41 congregaciones. En algunas familias había hasta tres o cuatro vocaciones. El ejemplo más conocido es la familia Rinaldi. El Señor llamó a siete hijos de esta familia. Dos hijas se consagraron como religiosas salesianas y enviadas a San Domingo, fueron valientes pioneras y misioneras. Entre los varones, cinco fueron sacerdotes salesianos.

El más conocido de los cinco hermanos, Filippo Rinaldi, fue el tercer sucesor de don Bosco, beatificado por Juan Pablo II el 29 de abril de 1990. De hecho, muchos jóvenes entraron con los salesianos. No es una casualidad, porque don Bosco en su vida fue cuatro veces a Lu. El santo participó en la primera Misa de Filippo Rinaldi, su hijo espiritual, en su pueblo natal. A Filippo le gustaba mucho recordar la fe de las familias de Lu: “Una fe que hacía decir a nuestros padres: el Señor nos donó hijos y si Él los llama, nosotros ciertamente no podemos decir que no!”.

Luigi Borghina y Pietro Rota vivieron la espiritualidad de don Bosco de modo tan fiel que fueron llamados uno “el don Bosco de Brasil” y el otro “el don Bosco de la Valtellina”. También Mons. Evasio Colli, Arzobispo de Parma, provenía de Lu (Alessandria). De él dijo Juan XXIII: “Él tendría que haber sido Papa, y no yo. Poseía todo para llegar a ser un gran Papa”.

Cada 10 años, todos los sacerdotes y las religiosas que todavía estaban vivos, se reunían en su pueblo de origen llegando desde todo el mundo. Padre Mario Meda, que fue por muchos años párroco de Lu, dice cómo este encuentro era en realidad una verdadera fiesta, una fiesta de agradecimiento a Dios por haber hecho grandes cosas en Lu.


La oración que las madres de familia recitaban en Lu era breve, simple y profunda:

“¡Señor, haz que uno de mis hijos llegue a ser sacerdote!
Yo misma quiero vivir como buena cristiana
y quiero conducir a mis hijos hacia el bien para obtener la gracia
de poder ofrecerte, Señor, un sacerdote santo. Amén”.



Foto: Esta foto es única en la historia de la Iglesia católica. Desde el 1 al 4 de septiembre de 1946 una gran parte de los 323 sacerdotes, religiosos y religiosas provenientes de Lu se encontraron en su pueblo. Este encuentro tuvo resonancia en todo el mundo.

martes, 7 de julio de 2009

Si hubiera estado allí - La Pasión de Cristo

Lo tengo que admitir, cuando me enviaron este video solo quise reenviarlo, pensándolo más bien, lo tuve que traer, porque, pensándolo más bien.... también yo estaba ahí.

SI HUBIERA ESTADO AHI

Yo sé que muchos prefieren no ver la película de la Pasión de Cristo, porque las escenas se les hacen muy fuertes, pero sin ningún empacho ven películas de "acción" de "violencia extrema" etc.. y no les afecta en nada. Yo me pregunto ¿por qué el rechazo a ver las escenas en las que se trata de recrear lo terrible de la crucifixión?
Y esta canción unida a la película da la respuesta: porque ver a Cristo sufriendo, verlo golpeado, escupido, lacerado, nos involucra íntimamente, nos pone de frente a nuestros pecados, nuestra indiferencia y nuestra superficialidad y a nadie le gusta verse en ese espejo, sin embargo, Cristo murió por nosotros, murió por mí....... y no importa cuanto queramos desechar estas imágenes, no importa cuanto queramos ver solo el lado lindo de Jesús. También nosotros estábamos ahí, y seguimos estando ahí. Él murió en la cruz y murió por nosotros, murió por mi....para resucitar por nosotros, para nosotros, para mí.

lunes, 6 de julio de 2009

Beata María Deluil Martiny

Del Folleto Adoración Eucarística y Maternidad Espiritual para la Santificación de los Sacerdotes. (Congregación del Clero)


Martes 7 de Julio



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Beata Maria Deluil Martiny (1841-1884)


Hace 120 años, en algunas revelaciones privadas, Jesús inició a confiar a personas consagradas en los monasterios y en el mundo su plan para la renovación del sacerdocio. A algunas madres espirituales Él confió la llamada ‘obra para los sacerdotes’. Una de las precursoras de esta obra es la beata Maria Deluil Martiny. De este gran íntimo deseo suyo, ella dijo: “¡Ofrecerse para las almas es bello y grande! ¡Pero ofrecerse para las almas de los sacerdotes... es tan bello y grande que se debería tener mil vidas y mil corazones!... ¡Daría con gusto mi vida sólo para que Cristo pudiera encontrar en los sacerdotes lo que se espera de ellos! ¡También la daría con gusto aún si uno sólo pudiera realizar perfectamente el plan divino sobre él!”. Efectivamente, a sólo 43 años, ella selló con el martirio su maternidad espiritual. Sus últimas palabras fueron: “Es por la obra, la obra para los sacerdotes!”.


Venerable Louise Marguerite Claret de la Touche (1868-1915)


Jesús preparó durante largos años también a la Venerable Louise Marguerite Claret de la Touche al apostolado para la renovación del sacerdocio. Ella cuenta que el 5 de junio de 1902, durante una adoración, se le apareció el Señor.
“Yo le había rezado por nuestro pequeño noviciado y le había suplicado de darme algunas almas que habría podido plasmar para Él. Él me respondió: ‘Te daré almas de hombres’. Quedé en silencio porque no comprendí sus palabras. Jesús añadió: ‘Te daré almas de sacerdotes’. Aún más sorprendida por estas palabras, le pregunté: ‘Mi Jesús, ¿cómo lo harás?’. Después Él me explicó la obra que estaba por preparar y que hubiera tenido que calentar el mundo con el amor. Jesús siguió explicando su plan y por ello quiso dirigirse a los sacerdotes: ‘Como hace 1900 años pude renovar el mundo con doce hombres – ellos eran sacerdotes – así también hoy podría renovar el mundo con doce sacerdotes, pero deberán ser sacerdotes santos’ ”.
Luego el Señor mostró a Louise Marguerite la obra en concreto. “Es una unión de sacerdotes, una obra que comprende todo el mundo”, ella escribió. “Si el sacerdote quiere realizar su misión y proclamar la misericordia de Dios, debería en primer lugar él mismo estar invadido por el Corazón de Jesús y debería ser iluminado por el amor de Su Espíritu. Los sacerdotes deberían cultivar la unión entre ellos, ser un corazón y un alma, y nunca obstaculizarse entre ellos”.

Louise Marguerite describió con fórmulas tan buenas el sacerdocio en su libro “El corazón de Jesús y el sacerdocio”, que algunos sacerdotes habían creído que era obra de uno de ellos. Un jesuita declaró: “No sé quién escribió el libro, pero una cosa sé de preciso, no es la obra de una mujer!”.

domingo, 5 de julio de 2009

MISIÓN CONTINENTAL




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Tú como discípulo y misionero eres obra del Espíritu Santo, Sin Él no tendrías fe, no serías capaz de mostrarte a los demás como creyente. No tendrías valentía, no te atreverías a evangelizar.
Tú puedes ser testigo con tu vida de que en tí se ha cumplido muchas veces la promesa de Jesús cuando dijo: "El Espíritu les sugerirá lo que tienen que decir".
Un discípulo sin la vida del Espíritu es un signo de contradicción.
El Espíritu Santo hace que tengas un amor a la medida de Jesús.
Así "reconocerán todos que son discípulos míos".

Benedicto XVI anuncia su tercera encíclica 'Caritas in veritate'

Estos acontecimientos en la Iglesia no deben pasar desapercibidos por nosotros "los católicos de a pie", sino que por "medio de estos medios" estar atentos para escuchar lo que la Iglesia nos ofrece a través de este Papa lleno de sabiduría.

Eliza Vaughan

Del Folleto Adoración Eucarística y Maternidad Espiritual para la Santificación de los Sacerdotes. (Congregación del Clero)


Lunes 6 de Julio

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Eliza Vaughan



Es una verdad evangélica que las vocaciones sacerdotales tienen que ser pedidas con la oración. Jesús lo subraya en el Evangelio cuando dice: “¡La mies es abundante, pero los obreros son pocos! ¡Rogad, pues, al Dueño de la mies que mande obreros!” (Mt 9,37-38). Nos ofrece al respecto un ejemplo particularmente significativo, la inglesa Eliza Vaughan, madre de familia y mujer dotada de espíritu sacerdotal, que rezó mucho por las vocaciones.


Eliza provenía de una familia protestante, la de los Rolls, que fundó sucesivamente la famosa industria automovilística Rolls-Royce, pero desde joven, durante su permanencia y educación en Francia, quedó muy impresionada por el ejemplar compromiso de la Iglesia católica con los pobres.

En el verano del 1830, después de su matrimonio con el coronel John Francis Vaughan, Eliza, a pesar de la fuerte resistencia por parte de sus parientes, se convirtió al catolicismo. Había tomado esta decisión con convicción y no sólo porque había entrado a formar parte de una conocida familia inglesa de tradición católica. Los antepasados Vaughan, durante la persecución de los católicos ingleses bajo el reino de Isabel I (1558-1603), habían aceptado la expropiación de los bienes y la cárcel en lugar de renunciar a su fe.

Courtfield, la residencia originaria de la familia del esposo, durante las décadas del terror, se volvió un centro de refugio para sacerdotes perseguidos, un lugar donde en secreto se celebraba la Santa Misa. Desde entonces pasaron casi tres siglos, pero nada cambió en el espíritu católico de la familia.


Convencida de la potencia de la oración silenciosa y fiel, Eliza Vaughan dedicaba cada día una hora a la adoración en la capilla doméstica, rezando por las vocaciones en su familia. Volviéndose madre de seis sacerdotes y cuatro religiosas, fue escuchada abundantemente. Muerta en 1853, Mamá Vaughan fue enterrada en Courtfield, en la propiedad de familia tanto amada por ella. Hoy Courtfield es un centro para ejercicios espirituales de la diócesis inglesa de Cardiff. Inspirándose en la santa vida de Eliza, en 1954, la capilla doméstica fue consagrada por el obispo como “Santuario de Nuestra Señora de las vocaciones”, título que fue confirmado en el 2000.

Demos nuestros hijos a Dios

Convertida en lo profundo del corazón, llena de celo, Eliza propuso al marido dar sus hijos a Dios. Esta mujer de elevadas virtudes rezaba cada día durante una hora delante del Santísimo Sacramento en la capilla de la residencia de Courtfield, pidiéndole a Dios una familia numerosa y muchas vocaciones religiosas entre sus hijos. ¡Fue atendida! Tuvo 14 hijos y murió poco después del nacimiento del último hijo en 1853. De los 13 hijos que vivieron, entre los cuales ocho varones, seis se ordenaron sacerdotes: dos en órdenes religiosas, un sacerdote diocesano, uno obispo, un arzobispo y un cardenal. De las cinco hijas, cuatro fueron consagradas religiosas. ¡Qué bendición para la familia y cuáles efectos para toda Inglaterra!

Todos los hijos de la familia Vaughan tuvieron una infancia feliz, porque en la educación su santa madre poseía la capacidad de unir de manera natural la vida espiritual y las obligaciones religiosas con las diversiones y la alegría. Por voluntad de la madre, formaban parte de la vida cotidiana la oración y la Santa Misa en la capilla doméstica, como también la música, el deporte, el teatro no profesional, la equitación y los juegos. Los hijos no se aburrían cuando la madre les contaba la vida de los santos, que lentamente se volvieron para ellos íntimos amigos. Eliza se hacía también acompañar por los hijos durante las visitas a los vecinos enfermos y a los que sufrían, para que pudieran en estas ocasiones aprender a ser generosos, a realizar sacrificios, a donar a los pobres sus ahorros o los juguetes.

Ella murió poco después del nacimiento del decimocuarto hijo, John. Dos meses después de su muerte, el coronel Vaughan, convencido que ella había sido un don de la Providencia, escribió en una carta: “Hoy, durante la adoración, agradecí al Señor, porque pude devolverle mi amada esposa. Le abrí mi corazón con gratitud por haberme donado Eliza como modelo y guía; a ella me une todavía un vínculo espiritual inseparable. ¡Qué consuelo maravilloso y cuánta gracia me transmite! Todavía la veo como siempre la vi delante de Santísimo, con su pura y humana gentileza, que le iluminaba el rostro durante la oración”.

Obreros en la viña del Señor

Las numerosas vocaciones en el matrimonio Vaughan son realmente una insólita herencia en la historia de Gran Bretaña y una bendición que provenía sobre todo de la madre Eliza.

Cuando Herbert, el hijo mayor, a dieciséis años anunció a sus padres de quería ser sacerdote, las reacciones fueron diferentes. La madre, que había rezado mucho por esto, sonrió y dijo: “Hijo mío, lo sabía desde hace tiempo”. El padre en cambio necesitó un poco de tiempo para aceptar el anuncio, porque justamente sobre el hijo mayor, el heredero de la casa, había repuesto muchas esperanzas y había pensado para él una brillante carrera militar. ¿Cómo hubiera podido imaginar que Herbert un día habría llegado a ser arzobispo de Westminster, fundador de los Misioneros de Millhill y luego cardenal? Pero también el padre se convenció pronto y escribió a un amigo: “Si Dios quiere a Herbert para sí, puede tener también a todos los otros”. Pero Reginaldo se casó, como también Francis Baynham, que heredó la propiedad de familia. Dios llamó también a otros nueve hijos de los Vaughan. Roger, el segundo, fue nombrado prior de los Benedictinos y más tarde el muy querido arzobispo de Sydney, en Australia, donde hizo construir la catedral. Kenelm se consagró como cisterciense y más tarde sacerdote diocesano. Giuseppe, el cuarto hijo de los Vaughan, fue benedictino como su hermano Roger y fundador de una nueva abadía.


Bernardo, quizás el más vivaz de todos, que amaba mucho la danza y el deporte y que tomaba parte en todas las diversiones, se hizo jesuita. Se dice que el día anterior a su ingreso en la orden, participó en un baile y le dijo a su pareja: “Esto que hago con usted es mi último baile porque me convertiré en jesuita!”. Sorprendida, la joven exclamó: “¡Pero por favor! Justo usted que ama tanto el mundo y baila maravillosamente quiere convertirse en jesuita?”. La respuesta, si bien interpretable de varios modos, es muy bonita: “Justamente por esto me entrego a Dios!”.

John, el más joven, fue ordenado sacerdote por el hermano Herbert y más tarde fue obispo de Salford en Inglaterra. De las cinco hijas de la familia, cuatro se consagraron religiosas. Gladis entró en la orden de la Visitación, Teresa fue religiosa de la Misericordia, Claire religiosa clarisa y Mary priora de las Agustinas. También Margareta, la quinta hija de los Vaughan, hubiera querido ser una religiosa, pero no le fue posible por la frágil salud. Sin embargo ella vivió en casa como consagrada y transcurrió los últimos años de su vida en un monasterio.

Herbert Vaughan tenía dieciséis años cuando en el verano, durante un retiro espiritual, decidió ser sacerdote. Fue ordenado en Roma a la edad de 22 años y más tarde fue nombrado obispo de Salford en Inglaterra y fundó los Misioneros de Millhill, que trabajan hoy en todo el mundo. En fin, fue nombrado Cardenal y fue el tercer Arzobispo de Westminster. En su blasón estaba escrito: “¡Amar y servir!”. Su programa era enunciado en el dicho: “El amor tiene que ser la raíz de donde florece todo mi servicio”.

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