El la Misa de hoy domingo, en el canto de salida cantaron un hermoso canto que me llega al alma:
A ti señor, levantaré mi alma (2)
Oh Dios mío en ti confío,
no sea yo avergonzado,
no se alegren de mi mis enemigos (2)
De los pecados de mi juventud y
de
mis rebeliones no te acuerdes más.
Oh Dios mío.....
Se me queda grabado y lo repito luego muchas veces.....y me hizo pensar en mi muerte.
Tengo una amiga que me tiene el encargo de los cantos de su misa de funeral, quiere que le canten: Que alegría cuando me dijeron, vamos a la casa del Señor...... y luego cuando la estén enterrando le canten la de Juan Gabriel: Amor eterno. Cada quien se siente identificado con alguna canción.
He escuchado en distintas conversaciones que cada quien va dejando alguna instrucción para después de su muerte.... algunas verdaderamente extravagantes..... como juntar las cenizas con las del esposo y luego tirarlas en el mar..... o cosas así.... que si quieren que los entierren o que si mejor los incineran... etc. etc. etc.
Esto me ha hecho pensar en que no quiero dejar ningún tipo de instrucción para mi funeral..... que si ya estoy muerta no tengo porqué dejar cargas a los que se quedan.... ¿quiénes se quedarán? no lo sé ¿quién podrá y querrá hacerse cargo de mis extravagancias?..... mejor que hagan con mis restos lo que mejor se les acomode en ese momento.... eso sí, quisiera que alguien rezara por mi... eso sí que lo voy a necesitar..... pero ni eso quiero dejar de encargo..... ojalá alguien quiera hacerlo porque sí que lo voy a necesitar.