Me llama mucho la atención que ahora que se está realizando el Sínodo, y desde antes, ciertos grupos y personas vean con lupa, una lupa selectiva, las palabras del Papa y las palabras que se dirigen al Papa. Ponen en bold, entre comillas, y les dan título de contradicción. Me angustia y leo todo lo que el Papa dijo.... Y lo que le dijeron a él y no encuentro lo supuestamente negativo que quieren resaltar... Es en verdad una campaña sistemática, pesada,que no va dirigida al Papa, sino a los católicos de a pie... ¿Para qué? o ¿por qué?
Le critican al Papa, como en su tiempo criticaron a Jesús los fariseos, le imputan "humos de satanás".... Le adjudican actitudes ambiguas... Lo trituran con palabras y más palabras... Copian y recopian.. Articulillos por aquí y por allá.....
Pero... Al final no logran "articular" nada en concreto... Nada fidedigno... Nada leal.
Lo triste es que todo eso se dé dentro de los mismos que por su pocisión deberían ser los principales propagadores de la verdad.
¿Qué nos queda a los pobres receptores de a pie que somos bombardeados por estas metrallas a veces de goma pero que lastiman y nos hacen sentir inseguros? Ser fieles, muy fieles, orar incesantemente, y pedir al Espíritu Santo un discernimiento con pureza de corazón. No caer en la confusión, y mantener viva la esperanza en que Dios no abandona ni a su Vicario, ni a los sucesores de los apóstoles ni a nosotros.
Le critican al Papa, como en su tiempo criticaron a Jesús los fariseos, le imputan "humos de satanás".... Le adjudican actitudes ambiguas... Lo trituran con palabras y más palabras... Copian y recopian.. Articulillos por aquí y por allá.....
Pero... Al final no logran "articular" nada en concreto... Nada fidedigno... Nada leal.
Lo triste es que todo eso se dé dentro de los mismos que por su pocisión deberían ser los principales propagadores de la verdad.
¿Qué nos queda a los pobres receptores de a pie que somos bombardeados por estas metrallas a veces de goma pero que lastiman y nos hacen sentir inseguros? Ser fieles, muy fieles, orar incesantemente, y pedir al Espíritu Santo un discernimiento con pureza de corazón. No caer en la confusión, y mantener viva la esperanza en que Dios no abandona ni a su Vicario, ni a los sucesores de los apóstoles ni a nosotros.