Este Domingo de las viudas y las viejitas pobres doblegó mi corazón. Llegué al Asilo a la Misa de 8 de la mañana mas temprano que de costumbre, todavía no abrían la reja de la entrada, saludé a algunos que esperaban afuera.... y nos abrieron, fui directamente a "mi lugar", disfruté la soledad de la capilla y cerré mis ojos un rato para prepararme a la Misa, un señor muy amable me tocó el hombro y me ofreció gel desinfectante para las manos (?). Empezaron a llegar los servidores, cada uno sabe lo que tiene que hacer: acomodan los micrófonos, las flores, los manteles, las canastas etc. etc.
Un muchacho, que no me había tocado verlo, ayudaba a las religiosas a acomodar a los viejitos de sillas de ruedas, y yo me di el lujo de decirle en donde iba cada uno.... pero !oh sorpresa! "mis viejitas" que se sientan junto a mi no llegaron, me estaba inquietando hasta que la religiosa cruzó delante de mi para hablar con una señora que si puede caminar pero no sabía que hacer, y le preguntaba a la Hna. que hacía, le dijo que no se quedara... en seguida me dio la explicación porque estaba yo con cara de metiche (me imagino), ...Es que vienen por ella pero a la pobre casi siempre la dejan plantada.... y aproveché la confidencia para preguntarle por "mis viejitas" -que ahora sé que se llaman Bertha y Lupita- (Bertha es la señora delgadita, endeble que no quiere que le ayude a levantarse, y Lupita es la de la foto). Dijo la hermana: Bertha, al rato la traen pero Lupita está muy malita en el hospital, hay que pedir por ella. Ya no hablé ni pregunté nada, inesperadamente se me viniron las lágrimas a los ojos y me quedé callada.
Se fue llenando la capilla y la banca donde estaba, así que quedé ocupando el lugar de Bertha. Ya empezada la Misa la trajeron e inmediatamente salté de su lugar y me fui a la banca de atrás, con "Pancho" que luego les platicaré de él. Y quedamos un poco apretujados.
El Padre Alan, que es muy ameno y dicharachero, hoy venía algo apagado, daba la impresión de que algo le dolía, así que la homilía estuvo mas seria que lo que acostumbra, pero ya saben, las lecturas de hoy son del libro de reyes, "la viuda de Sarepta", el Evangelio, "la viejita que deja dos moneditas"... otra vez mi mente se fue a Lupita en el hospital...
A la hora de la comunión, la Hna. me entregó a Jesús en el relicario (para Helena) y Pancho quería saber que era.... luego fui a comulgar y regresé a mi lugar, todos apretujados, y me acordé de un dibujo que he guardado por mucho tiempo... Pensé en Jesús viendo a la anciana que dio todo lo que tenía... y también a mi viejita, en que Él era tan pobre como ella y como muchos ahora. Y que Él estaba apretujado junto conmigo.
Si alguno lee esta reflexioncita, les encargo una oración por "mi viejita"...
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