Hoy fue un domingo igual y diferente, pues resulta que "mi viejita" no se llama Lupita, sino Soledad y hoy la vi en Misa de 8:00, regresó del hospital y está muy bien... gracias por sus oraciones, aunque pedimos por Lupita, Dios sabía que las oraciones iban dirigidas para Soledad.
Pues lo impresionante de esto es que platiqué con Soledad, me dijo ella misma como se llamaba, cómo le fue en el hospital y lo que le dieron de comer.... y me enteré.... de cuántos años tiene...... nada más que unos poquitos.... solo 104 añitos. Perfectamente lúcida, simpática, con una personalidad alegre. Qué lección de vida.
También me tocó estar sentada junto a otra viejita de la que no sé su nombre todavía; ella es la enojoncilla, pero también es agradable, como que tiene sus ratos... tiene también su personalidad, es alta, delgada con el pelo liso peinado hacia atrás completamente blanco pero con vestigios de rubio; y hoy al darme la paz la miré de frente y sus ojos eran de un hermoso color azul transparente, cuando inició la Misa el coro cantaba con mucha fuerza y ella se balanceaba con el ritmo de la canción...
Como cada domingo la Hna. me dio a Jesús para Helena, pero al terminar la Misa, se me acercó y me preguntó que le pasaba a Helena y si ella quería recibir la comunión. Le dije que si, y la dificultad para que pueda estar en misa, y que la oye por TV, le di su nombre completo y también el mío.... me dijo que pedirían por ella. En realidad se había tardado en pedirme más explicaciones, porque me ha entregado por varios domingos el Tesoro más grande del universo...
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