Esta semana ha sido difícil, una porque las noticias tan abrumadoras de Haitì, nos han tenido en vilo. Otra porque caímos con gripa toda la familia y apenas vamos saliendo, la semana estuvo metida en agua, llovió mucho, ¡A nosotros en Mexicali! y como nunca llueve pues se vuelve un caos. Y la otra cosa que me estaba agobiando era mi pobre computadora que se negaba a prender y no parecía que hubiera modo de arreglarla por nosotros mismos. Se la encomendé a mi madrecita Inés y ella hizo lo demás. Pero esas han sido las cosas que nos sirven de ofrecimiento.
Hoy pudimos ir a Misa los tres, temprano en la mañana, nos tratamos de quedar lo más aislados posible para evitarles contagios a los demás, nos abrigamos muy bien porque el Templo de San Francisco está siempre más frío que afuera. La primera lectura de hoy fue leída por una señora que lo hacía muy bien, no es que otras personas no lo hagan bien también, sino que lo hizo pausadamente y noté que ya la había interiorizado, tanto que pude cerrar los ojos y sentarme bajo el estrado de madera donde Esdras leía al pueblo y llorar y emocionarme con su emoción y luego escuchar a Esdras decirnos: ¡nuestra gloria está en celebrar al Señor!!!! esas palabras han resonado en mi interior todo el día.... a la hora de la comunión fui con mucho cuidado, no quería que el Padre llegara a tocar mis labios por aquello de los "fuegos" que traigo por las calenturas, eso me apenó un poco pero no pasó nada, regresé a mi lugar y me sentía tan llena del gozo de celebrar al Señor que no se me ocurrió otra accíón de gracias que decirle ¡Abrázame Señor! mientras el coro cantaba como si fueran los propios ángeles; qué buen coro tenemos en misa de 9:00.
La lectura de Pablo sobre la comparación de la Iglesia con el cuerpo siempre me ha gustado, por sencilla y certera pero el padre que es un hombre no viejo, solo es un hombre maduro, eso sí, muy santo, dijo una homilía basada en otra lectura de San Pablo, totalmente provechosa pero no era la que correspondía. Debido a que tiene principios de Altzheimer. Sin embargo, el Señor hace su obra en cada uno y casi percibía su mano amorosa sobre la cabeza de este buen sacerdote que se esfuerza tanto a pesar de su padecimiento.
El Evangelio, en el que Jesús celebra la palabra del Antiguo Testamento porque la hace vida, siempre me deja una experiencia de triunfo, me trato de imaginar a los que lo escuchaban, con la boca abierta, viendo al que venía a cumplir la promesa, bueno los que entendieron, porque hubo otros que se molestaron.. Pensé en el pobre pueblo Haitiano, y traté de imaginar que los que viven su fe católica y pudieron ir a Misa se han de haber consolado, eso espero y eso le pedí al Señor.
Como siempre hubo niños a nuestro alrededor que matuvieron a Helena concentrada en ellos, especialmente un chiquito que hemos visto desde que su mamá estaba embarazada, luego llegaba en su portabebé y ahora corre por todos lados, inició su ruta corriendo desde donde estaban sus papás hasta donde estaban sus abuelitos, iba y venía, hasta que descubrió una ruta alterna, cruzar por la banca de sus abuelos y llegar por el otro lado del pasillo haciendo un círculo. Fue su viaje "marcopólico" y Helena encantada de verlo pasar por detrás de nosotros.
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