"Oye y ten entendido, hijo mío, el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige; no se turbe tu corazón; no temas esa enfermedad ni otra alguna enfermedad y angustia. ¿No estoy yo aquí, que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo?
Santa Madre de Dios, mira mi miseria y dejame estar siempre en tu regazo, protégenos y guíanos al corazón de Jesús. Salva nuestra Patria.
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