Hay muchas cosas que se hacen para el Adviento, cuando era catequista de niños, preparábamos el calendario de Adviento, también está el ábol de Jessé, y otras muchas cositas que ayudaban a los niños a preparar la Navidad desde su interior y al mismo tiempo llevar a su casa esa enseñanza. Era algo divertido y doblemente feliz, porque, era como un juego pero no hay juego más divertido y provechoso que los juegos espirituales. Y las catequistas nos dábamos cuenta que para nosotros era eficaz, muy eficaz también.
Como adultos, vivimos serios y profundos retiros de Adviento, (perfectamente bueno y deseable), pero cuando no podemos o ponemos excusas para eso entonces la preparación a la Navidad queda en "nada"... así pues, podemos poner en marcha un plan emergente de niños. Muchas veces presumimos de adultos pero lo somos para las cosas del mundo y espiritualmente no tenemos mayor capacidad y no digo que de niños porque he confirmado en muchas ocasiones que la espiritualidad de los niños que buscan a Dios tiene una capacidad ilimitada. Solo unos ejemplos: Bernardette de Soubirois, Los niños de Fátima, etc. etc. y luego diría las muchas lecciones que he recibido de los niños del catecismo así como de mi propia hija. Así pues, el plan emergente podría ser algo sencillo como una pequeña hoja como esta:
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Por experiencia propia, sé que al terminar de llenar esta hojita tiene uno que inclinarse ante el pesebre y saber que nos falta tanto, tanto por hacer y crecer...y el ofrecimiento para preparar el corazón para que sea un pesebre nos compromete para siempre.
Esta hojita me la preparó mi amigo Alex Hidrogo, de la que soy su fan.
Me gusta mucho tu blog. Gracias
ResponderEliminarGracias Asun, Dios te bendiga
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