Hoy último domingo de Adviento pudimos volver a misa de 9 de la mañana todos juntos, ¡qué alegría! Nomás entrando al Templo fue un impacto ver el Nacimiento, no cabe duda que los franciscanos herederos del primer nacimiento (belén), tienen un don especial para prepararlo. Este año abarcó toda la sede y el altar quedó incluido. Hoy no sé porqué no hubo coro y nos hizo falta, pero en cambio María nos rodeó de niñitos correlones e inquietos que hicieron que Helena estuviera más tranquila y entretenida. Pero no todo fue bien, hubo un momento en la homilía en que se alteró un poco, me salí a la puerta con ella un ratito, sin perder de vista la celebración, gracias a Dios los Franciscanos tienen altavoces hasta afuera... y regresamos al Ofertorio. Todo lo demás estuvo dentro de "nuestra" normalidad y salimos contentos.
El Padre ofreció la Misa por los papás, ahora que se hablaba de San José. A mi se me fue la mente, hasta Nazaret y luego a Belén y recorrí los tiempos de Jesús por la tierra y me admiré al darme cuenta de Jesús en medio de los hombres, de Dios hecho hombre, de Dios con nosotros... se oye raro, pero cada Navidad tiene para mí una novedad, unas veces ha sido, la pequeñez y pobreza de Jesús, otras el cuerpo y sangre tomado de María y es el que se nos entrega en cada comunión, otras la intimidad y dulzura de lo escondido, ahora, la plenitud de los tiempos....que sería del mundo sin Jesús con nosotros...
Queridos amigos, quienes lean estos renglones, les quiero pedir un favor, si tienen un ratito les pido una pequeñita oración por nosotros para que también el día de Navidad podamos estar toda la familia en Misa. ¿sí?... Gracias.
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