Cuando, poco tiempo después de mis primeros votos, me enfermé y a pesar del cordial y cariñoso cuidado de las Superioras, a pesar de los tratamientos médicos, no estaba ni mejor ni peor, entonces empezaron a llegarme voces de que fingía. Y así comenzó mi sufrimiento, se duplicó y duro un tiempo bastante largo. Un día me quejé ante Jesús que yo era una carga para las hermanas. Me contestó Jesús: No vives para ti, sino para las almas. Otras almas se beneficiarán de tus sufrimientos. Tus prolongados sufrimientos les darán luz y fuerza para aceptar mi Voluntad. (Diario de Santa Faustina No. 67)
Mi papa esta sufriendo mucho una enfermedad, que se haga la voluntad de Dios, espero que el este ofreciendo su sufrimiento y pido a Dios que lo libere muy pronto. Amen
ResponderEliminarMarta El Señor tiene a tu papá en su propio Corazón y ten por seguro que todo su sufrimiento será gozo y alegría en la presencia de Dios cuando Él en su santa voluntad lo llame a recibir el premio de la vida eterna y a la familia le dé la fortaleza y el consuelo para acompañarlo en su dolor. Cuenta con nuestra oración.
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