viernes, 4 de marzo de 2011

TÍA CAROLA (2)

Como decía, no he dicho lo más importante de tía Carola.... a veces cuando veo películas de santos, presentan muchos datos de su vida, mucha información de sus obras pero no pueden retratar su vida interior, pues algo así me puede pasar al hablar de tía.... pero ella nos decía algo constantemente: "hay que tener vida interior".... esas palabras durante algún tiempo no fueron comprensibles para mi, sin embargo, aprendí a tener vida interior por verla a ella.

Era una mujer de rutinas, ella jamás pasaba por alto, la atención que le daba a abuelita, le tenía su cama impecable, su higiene perfecta, su alimentación al centavo... nunca omitía nada, la peinaba, le daba de comer cosas líquidas pero bien balanceadas y a sus horas, recuerdo mucho que lo hacía con un popote de vidrio (pajilla), ese popote siempre era hervido para evitar infecciones, le cambiaba la sonda y otras muchas cosas más que yo en mi infancia veía como normales porque nací viéndola hacer eso. Pero había algo, nunca vimos cambiarle la sonda de la orina ni como cuidaba de su limpieza porque cerraba el cuarto y no dejaba entrar a nadie hasta que abuelita estaba lista. Cuidó siempre el pudor de abuelita aunque ella no se daba cuenta de nada. Y si entrara en el amor que profesó a abuelito, pues no terminaría nunca. Él también vivió muchos años, pero murió antes, cuando yo tenía 8 años. Lo lloró tanto, pero luego los recuerdos y las pláticas sobre él eran siempre alegres. Nos contaba cómo abuelito en su juventud fue a estudiar a New York y cómo le tocó, estando ahí, estar presente cuando por primera vez se encendieron luces eléctricas en las calles....(acontecimiento histórico).

Pero, volviendo a las rutinas de tía Carola...  El templo de los Dolores (Redentoristas) quedaba a dos cuadras de la casa, y se iba a todos los días a misa de 7 de la mañana, así fue como fuimos aprendiendo "la vida interior".... teníamos temporadas porque luego nos cambiaba el humor o la flojera, pero teníamos temporadas en que nos levantábamos tempranito para irnos con ella a la misa... cuando todavía la misa se decía de espaldas y en latín, sin embargo, la espiritualidad de la liturgia era profunda y maravillosa.

mi pastel de 4 años hecho por tía Carola
Al salir de misa, la rutina continuaba en el mercado, era toda una aventura ir de puesto en puesto, escogiendo la fruta, la verdura, siempre que estuviera barata y buena... todos los marchantes la conocían, la saludaban y la respetaban porque sabían que con ella no había "gato por liebre"... a veces le tenían separadas tales o cuales verduras porque ya conocían sus gustos. Luego iba a la carnicería con Félix el carnicero, que seguido salía regañado porque le quería dar pellejos.... Después a "La Argentína" tienda de abarrotes, donde René y su esposa la atendían y le tenían un crédito vitalicio. Ahí era el rito de la Coca Cola chiquita, había que tomarse una coquita... Luego a "La Superior" donde compraba el pan, aunque luego volvíamos a las 5 de la tarde cuando salía el pan para la merienda. Luego era regresar a la casa cargando la bolsa del mandado que a veces era una red otras un morral, según el paso de los años y el desgaste: platicando con ella de mil cosas interesantes, sus recuerdos, sus planes para la comida, etc. etc.... tratando de alcanzarla porque caminaba muy rápido.....ups.. esto se está poniendo largo.... luego le sigo......

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