¡QUÉ VERGÜENZA!

Hoy es el primer viernes de cuaresma, es la oportunidad de vivir la abstinencia. Ya sabemos que la abstinencia obliga a partir de los catorce años y el ayuno de los dieciocho hasta los cincuenta y nueve años de edad.

Con estos sacrificios, se trata de que todo nuestro ser (espíritu, alma y cuerpo) participe en un acto donde reconozca la necesidad de hacer obras con las que reparemos el daño ocasionado con nuestros pecados y para el bien de la Iglesia.

Ayer escuché en las noticias locales, que en México es donde hay el mayor índice de pornografía infantil y que Baja Califorina es donde más se propaga... ¡Qué dolor! ¡Qué vergüenza sentí!... somos algo así, como Sodoma y Gomorra... entonces pienso que nuestros sacrficios, nuestras oraciones, nuestra manera de vivir tiene que ser no solo aceptable, sino que tenemos que ser ejemplares, reparar con todo nuestro ser tanto daño, tanta maldad, tanto pecado... de estos pecados que ¡Claman al Cielo!