Y a Pedro le llegó la hora de arreglar cuentas con el interesado después de aquella faena de la negación, decididamente escabrosa. Ya se habían visto una vez, pero Jesús no pudo pararse entonces. Solamente una mirada, que bastó para hacer correr las lágrimas sobre el rostro del culpable.
Sin embargo ahora es inevitable un encuentro comprometido y cara a cara.
Se aclara el asunto.
Pues sí que has sido una roca fuerte, Pedro. Has sucumbido penosamente ante la respiración de una mujerzuela.
¿Dónde quedaron tus promesas de fiedelidad a prueba de bomba?
Y pensar que debías ser el fundamento de mi iglesia.... Encargado de dar solidez a tus hermanos.
¿Cómo puedo aún fiarme de ti? Con esa prueba de cobardía que has dado me veo obligado a retirarte mi confianza.......
Nada de eso.
No he venido a juzgarte. Ya no recuerdo más tu ruindad. Soy el primero en volver a ti únicamente para preguntarte si todavía me amas, si tu remordimiento, que sin duda es grande, no ha destruido en ti la amistad que nos unía. Si el sentimiento de culpabilidad que experimentas con relación ami, no habrá quizá secado la fuente de tu amor. Ni siquiera te digo como a los que me clavaron en la cruz que te perdeno; aquellos no me querían; mejor dicho no habían entendido que les amaba. Pero a ti, que me amabas, que compartías mi existencia cotidiana, solo te pregunto si todavía me amas. Solo te pregunto eso porque es lo esencial. Es lo único necesario para tu felicidad y para tu alegría.
La reprensión hace presente la falta. El perdón la aleja hasta hacerla desaparecer.
La reprensión con frecuencia es estéril. El perdón siempre es creador.
Con el perdón Cristo nos hace salir del pecado.
Cristo cierra el pasado. Cristo nos entrega el futuro.
La penitencia que Cristo impuso a Pedro fue el encargo que ya le había confiado. Como si dijese "¡Anda, de ahora en adelante tienes que hacer de Papa!" También a nosotros nos pone el Señor este tipo de penitencia comprometedora.
"Ahora anda... Pongo en tus manos el porvenir"
El perdón más que saldar una cuenta con el pasado, abre una cuenta con el futuro.
Extracto. El Acoso de Dios. Alessandro Pronzato. 1º viernes de cuaresma.
Cristo cierra el pasado. Cristo nos entrega el futuro.
ResponderEliminarQué maravilla de textos dedicados al Perdón.
Gracias. Mil gracias por compartirlos querida Josefina Rojo