Esta mañana me levanté, me senté a tomarme un café y leí el propósito..... y pensé que tomarme un café no era ni bueno ni malo, pero el tiempo que usara para pensar mientras me lo tomaba.. también iba a ser juzgado... podía usarlo en superficialidades... o en buenos pensamientos que me ayuden a estar cerca de Dios. y luego repasé la infinidad de momentos que sin ser ni buenos ni malos se desperdician... que gran Santo San Agustín que no dejaba pasar ninguna oportunidad para ser santo. Los pecados se juzgan por sí mismos... son actos malos intrínsecamente y mi conciencia me lo reclama.... pero todos esos momentos de quehacer, de trabajo, de descanso.. de diversión... a dónde me llevan? me acercan o me alejan de Dios?.... Una vez en un retiro espiritual una religosa dijo: No hay actos neutros, o evangelizas o desevangelizas... no te detienes o te estancas... o retrocedes o avanzas....
En cuanto a la abstinencia para muchos es intrascendente, puede hacerse o no, y no les afecta en la conciencia.... porque la llenamos de cosas como: hay que abstenerse de criticar ( que no se hace), hay que abstenerse de mil cosas que a cada quien le afectan (pero no se hace)..... y el abstenerse de comer carne o el platillo que te apetece... y comer un simple pescadito, o una humilde ensaladilla de atún... me recordará que es viernes de cuaresama y me ayudará a abstenerme de la crítica y de todo aquello que me afecta y no me deja avanzar. Los mandamientos de la Iglesia tienen un sentido más profundo que el solo prohibir un alimento..... Es el de recordarnos que somos hijos de Dios, que formamos una gran familia espiritual y que nuestros actos por insignificantes que sean acercan o retrasan la llegada del Reino de Dios.
Amiga Josefina: perdona que no salió tu comentario por un error de dedo al "publicar-suprimir". pero reparo el daño transcribiendo tu edificante comentario, gracias.
ResponderEliminarY que claro explicas el sentido de la abstinencia. Me quedo con una simple tortilla rellena con una latita de atún y bañada con salsa de tomate. Añado para vivir en abstiencia todas aquellas situaciones propias de la vida, que requieren un sacrificio, te quieres comprometer y no llegas. Es lo que cuesta. Intentaremos llevar a cabo el verdadero propósito.