La unidad que estás llamado a mantener en tu trabajo pastoral y la comunión desde la que debes de trabajar, no son una simple estrategia para ser eficaz y tener mejores resultados.
Antes que la unidad que tu consigues con tu esfuerzo y colaboración está la comunión que Dios te regala, esa comunión de Dios es la Iglesia. tu comunidad, Fíjate: nada menos que una participación del mismo Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. !Casi nada! tu comunidad es un reflejo de la comunión de la misma Trinidad..
No olvides nunca que el misterio de la Trinidad es la fuente, el modelo y la meta del misterio de la Iglesia.
Que te duela el que muchos bautizados vivan, de hecho, fuera de esa comunión. Que la intensidad de la comunión que vives les invite a profundizar su fe y a participar más plenamente de la vida de la Iglesia.
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