Hace unos días, platicando con mi amigo Alex, comentaba qué, cuando me casé, mi hermano Carlos que en ese entonces estaba en el seminario, me quería regalar algo, pero como no tenía dinero, se le ocurrió regalarme su Biblia, un librito pequeño con pastas negras, la Biblia Regina. También me regaló un Rosario de madera de un misterio, y un pisapapeles de cristal. Todo lo conservo, aunque el Rosario terminó por romperse por el uso.
Esa Biblia, con unas páginas delgaditas y una letra pequeñita estuvo un tiempito por ahí, pero luego fui atraída por ella, y comencé a leerla, no como Palabra de Dios, sino como un libro más que leer en mi aburrimiento, porque ya había leído todos los que estaban a mi disposición, pues mi esposo trabajaba en el día y estudiaba por la noche para terminar su carrera, así que lo que yo tenía era tiempo.
La leí, empezando por el Génesis y terminando con el Apocalípsis... completa.... fue tan apasionante, tan emocionante, mejor que cualquier libro de aventuras o mejor que cualquier Best Seller del momento y además hizo su obra en mi, como dice la misma Palabra: "Así sucede con la palabra que sale de mi boca: ella no vuelve a mí estéril, sino que realiza todo lo que yo quiero y cumple la misión que yo le encomendé". (Is 55,11).
Luego, después de muchos años, volví a emprender la misma aventura y la leí de nuevo ¡Sorpresa! todo era nuevo, después de 15 años la Palabra de Dios era totalmente nueva, no había cambiado ni una coma, pero era Nueva... como si nunca hubiera yo leído aquel Libro.
Ya viviendo en Mexicali, asistí en mi parroquia a unas clases de Biblia y el P. Juan Carlos dijo algo que inmediatamente puse en práctica, leer los cuatro Evangelios empezando por el de S. Marcos... vuelve a repetirse la historia... Novedad, Novedad, Novedad.... una novedad apasionante... Jesús sale de cada palabra escrita y tiene voz, rostro, sonrisa, y habla directamente al corazón...
En cada Eucaristía, se nos proclama la Palabra de Dios, es el lugar privilegiado para escucharla y así vamos de la Mesa de la Palabra y llegamos a la Mesa de la Eucaristía. Y ahora el Papa Benedicto nos regala la "Exhortación Verbum Domini", dice tantas cosas maravillosas de la Palabra de Dios, que es un gozo leerla, y en todo momento es una invitación a tomar en nuestras manos la Sagrada Escritura y leer, según las directrices del Magisterio, la Palabra de ese Dios Eterno y siempre nuevo.
Ahora que empezamos un año nuevo, bien podríamos hacernos el propósito de leer la Biblia, en familia sería magnífico, y mejor aún asistir a algún curso bíblico, que gracias a Dios los hay en casi todas las parroquias. Además con el tiempo, vamos disminuyendo nuestra capacidad, la vista se convierte en un problema, la atención ya no es la misma.... entonces ¿para qué posponer lo mejor por las cotidianidades que nos dispersan? Sobre todo si tienes una Biblia LETRA GRANDE.
Mi Biblia algo usadita |
Esa Biblia, con unas páginas delgaditas y una letra pequeñita estuvo un tiempito por ahí, pero luego fui atraída por ella, y comencé a leerla, no como Palabra de Dios, sino como un libro más que leer en mi aburrimiento, porque ya había leído todos los que estaban a mi disposición, pues mi esposo trabajaba en el día y estudiaba por la noche para terminar su carrera, así que lo que yo tenía era tiempo.
letrita ahora imposible de leer sin lupa |
Luego, después de muchos años, volví a emprender la misma aventura y la leí de nuevo ¡Sorpresa! todo era nuevo, después de 15 años la Palabra de Dios era totalmente nueva, no había cambiado ni una coma, pero era Nueva... como si nunca hubiera yo leído aquel Libro.
Ya viviendo en Mexicali, asistí en mi parroquia a unas clases de Biblia y el P. Juan Carlos dijo algo que inmediatamente puse en práctica, leer los cuatro Evangelios empezando por el de S. Marcos... vuelve a repetirse la historia... Novedad, Novedad, Novedad.... una novedad apasionante... Jesús sale de cada palabra escrita y tiene voz, rostro, sonrisa, y habla directamente al corazón...
En cada Eucaristía, se nos proclama la Palabra de Dios, es el lugar privilegiado para escucharla y así vamos de la Mesa de la Palabra y llegamos a la Mesa de la Eucaristía. Y ahora el Papa Benedicto nos regala la "Exhortación Verbum Domini", dice tantas cosas maravillosas de la Palabra de Dios, que es un gozo leerla, y en todo momento es una invitación a tomar en nuestras manos la Sagrada Escritura y leer, según las directrices del Magisterio, la Palabra de ese Dios Eterno y siempre nuevo.
Ahora que empezamos un año nuevo, bien podríamos hacernos el propósito de leer la Biblia, en familia sería magnífico, y mejor aún asistir a algún curso bíblico, que gracias a Dios los hay en casi todas las parroquias. Además con el tiempo, vamos disminuyendo nuestra capacidad, la vista se convierte en un problema, la atención ya no es la misma.... entonces ¿para qué posponer lo mejor por las cotidianidades que nos dispersan? Sobre todo si tienes una Biblia LETRA GRANDE.
Hola amiga,es cierto lo que dices de la Biblia,es el mejor de todos los libros,y aunque haya sido escrito mas de 2000 anhos,cada palabra escrita en ella es tan actual, como si lo hubieran escrito ayer..,y gracias por tus palbras de consuelo por el fallecimiento de mi papa...besos y bendiciones!!
ResponderEliminarFeliz Año, y me encanta tu página, tengo unas amigas que se reúnen a tejer y dicen que son las arañas y a otras que aprenden a tejer y son las arañitas... Un abrazo
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