Encendemos la velita para recordar que nuestra confianza está puesta en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Que nos anima a vivir la fe, la esperanza y el amor.
MEDITACIÓN: Lo mejor, lo más grande y sublime que en el mundo se puede hacer es cumplir la voluntad de Dios. La más hermosa y más agradable oración que a Dios podemos dirigir es repetir aquellas palabras del Padrenuestro: "Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo", oración que el mismo Jesucristo nos enseñara.
Dios sapientísimo bien sabe cuál es lo que más nos conviene y eso es lo que sucederá, si estamos bien con Él. Puedo ciertamente pedirle que aleje de mi el dolor y las amarguras, pero añadiendo siempre, como Jesús, mi modelo: "No se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lc 22-42)
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