Creo que me estoy metiendo en camisa de once varas, con esto de la amistad, pero no importa.... El Padre Juan Carlos se reía cuando oía mis pláticas de las amigas, porque siempre había una "mejor amiga": mi mejor amiga de la infancia, mi mejor amiga del colegio, mi mejor amiga de esto y aquello. El Padre JC me decía tú tienes "tu mejor amiga" de en la mañana, "tu mejor amiga" de en la tarde...
No es que tome con ligereza eso de la amistad, es, más bien, que la valoro mucho (creo yo). Ese sentimiento tan fuerte de sentirme amiga, me lleva a ver los muchos beneficios que recibo de cada una de las amigas con que Dios ha querido iluminar mi vida.
En el post (entrada de ayer), escribía un poquito sobre la amistad de Rebequita y Teresita y al ratito de haberla subido recibí una llamada de Cristy que me reclamaba el por qué no había dicho de las demás amigas (ella). Entonces, quiero decir en este blog que lo que el P. Fortea dice sobre la amistad se extiende como un manto suave, sutil y cálido para cada una de estas mis "mejores amigas", entre ellas Cristy que fue de las primeras que con su amistad cobijaron mi llegada a Mexicali hace ya... 26 años. Y tengo que aclarar que no siempre he sabido responder a tanta generosidad y cariño. Cristy es intensa, transparente, dice las cosas de frente, no guarda ningún tipo de orgullo o falsa modestia. Su estatura física va de acuerdo a su estatura moral...( no nos deja hacer trampas en el rumikiu....perdón... no nos deja hacer "modificaciones a las reglas del juego").
Su amistad es muy cercana, nos vemos con mucha frecuencia, nos llamamos por teléfono, nos platicamos las alegrías, las tristezas. No hay secretos, ni cosas que no podamos decir una delante de la otra. Eso es tan reconfortante. Tengo que agregar que es una Cocinera, con mayúsculas, porque no hay platillo por sencillo que sea que no se vuelva un manjar si está preparado por ella, además de sus otras muchas cualidades. Últimamente se ha vuelto muy viajera, porque sus hijos y nietos viven en distintos lugares del mundo... a la vuelta del mundo diría yo. Pero eso no ha hecho que se disminuya la amistad porque gracias a Dios, poco a poco mis amigas se han vuelto cibernéticas y ya no hay distancias que no puedan salvarse con una computadora y el internet.
Desde aquí a todas, todas mis "mejores amigas" las saludo con mi agradecimiento y amor por tenerme en un huequito de su corazón.
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