DISEÑOS CATÓLICOS

Tengo 17 años de casada y mi matrimonio ha sido siempre muy difícil. Como último recurso para salvarlo, decidimos mi esposo y yo, reunirnos con nuestros hijos y dialogar. Era el 27 de Octubre de 1990. Ese día llamé por teléfono a mi hermana María Concepción, Misionera Clarisa, para exponerle el problema: de dicha reunión dependía definitivamente la unión o separación. Mi hermana me aconsejó serenidad y que me encomendara a su Fundadora, Madre Inés. Ella también, junto con las Hermanas Misioneras Clarisas, rezaría. A las 8:30 iniciamos la reunión. Y, cosa rara todos –yo, mi esposo y mis hijos. Estábamos tranquilos. Después de dos horas de diálogo estábamos de acuerdo en permanecer unidos, comprometiéndonos cada uno en poner todo lo mejor de nuestra parte para facilitar las mutuas relaciones. Desde aquel momento, por primera vez, siento a mi familia verdaderamente unida. Ahora soy feliz y estoy muy agradecida con el Señor y Madre Inés. También mi fe ahora es más madura.

MARTHA E. LARIOS DE LUGO

En el mes de febrero de 1987 empecé a estar mal del ojo izquierdo. Voy al oculista, sigo el tratamiento pero no obtengo resultados positivos. El 23 de Junio del mismo año, un fuerte ataque de artritis empeora la situación, en cuanto a que también el otro ojo se enferma. Voy con otro oculista que diagnostica “episclerites”. Ordena gotas e inyecciones de cortisona, pero también esta vez no siento ninguna mejoría. El Doctor Ramón Suarez, que trata mi caso de artritis, me dice que para los ojos no hay nada que hacer; solo el Señor podría curarme. En el mes de noviembre, en ocasión de la fiesta de Cristo Rey, durante una reunión de ex alumnas en la Casa Madre, en Cuernavaca, me encomiendo a la intercesión de mi Fundadora, Madre María Inés. Cinco días después estaba totalmente sana. Ahora veo muy bien, como antes. Doy gracias al Señor por esta manifestación de su amor, a través de la intercesión de Madre Inés.

HNA. MARIA EUGENIA YAÑEZ, M.C.

AÑO V PRIMER SEMESTRE 1991 NO. 8