En Rusia es una estupenda realidad el nuevo curso que lentamente se va operando entre el Estado y las distintas confesiones religiosas, entre ellas la Iglesia Católica. Nosotros lo habíamos constatado durante estos cuatro años de nuestra presencia en Sarátov; dedicadas al trabajo parroquial, gozamos con nuestra gente cuando somos testigos de conversiones y cambios de vida; y sufrimos cuando surgen fuentes presiones externas que nos limitan en el apostolado. De cualquier modo agradecemos al Señor por estos años, porque comprobamos que esta misión Inesiana, es obra de su amor y por ello permanece y crece.
Es precisamente nuestro Arzobispo Tadeusz Kondrusiewicz quien expresa este pensamiento en su ponencia presentada ante la Conferencia Episcopal Europea llevada a cabo en Moscú. En ella hace una síntesis maravillosa del camino de la Iglesia católica en Rusia.
Su Excelencia Kondrusiewicz comienza recordando el hecho de que la antigua Rusia se convirtió al cristianismo en el año 988, es decir hace más de mil años. Rusia es un país ante todo de fe ortodoxa pero la Iglesia Católica en Rusia tiene una historia muy rica. Las primeras parroquias católicas aparecieron en el siglo XII en las ciudades de Novgorod y Smollensk y 700 años antes fue instituida la diócesis en Azovye. No obstante, es digno de atención el hecho histórico de que se estableciera la Iglesia católica en Rusia en el año 1782, con la diócesis más grande del mundo que comprendía del límite del Báltico hasta el lejano Oriente.
Hace apenas 150 años, en el territorio sur del Imperio ruso, en donde vivían muchos católicos alemanes, fue fundada la diócesis de Teraspol. Sede episcopal de las dos diócesis citadas fueron respectivamente Pietroburgo y Saratov.
Para 1917 toda la parte europea de Rusia ya contaba con 150 parroquias católicas, medio millón de católicos y 250 sacerdotes. Existían entonces 2 seminarios, uno en San Pietroburgo y otro en Saratov. Aparecieron representantes de catorce órdenes religiosas femeninas y siete masculinas. La labor caritativa de la Iglesia imperaba. A finales del siglo XIX y principios del XX, con especial interés, aparecieron en la Iglesia los intelectuales católicos.
Con la revolución de 1917 la iglesia continuó existiendo como minoría y a finales de los años 30 sólo quedaron permitidas las fundaciones religiosa a dos iglesias: una en Moscú y otra en Leningrado.
Fue hasta finales de los años 80 y a principios de los 90 que la Santa Sede estableció la nueva estructura jurídica para Rusia, así fue como en el 1991 la Federación Rusa se dividió en 2 Administraciones Apostólicas; la europea y la asiática, con sus correspondientes Obispos. El territorio de la parte europea de Rusia mide 4,000,000 Km2 que significan el 40% del territorio europeo.
Para 1991, en la parte europea se contaba ya con 6 parroquias oficialmente registradas, además de 2 capillas y 3 sacerdotes; después de 7 años, oficialmente se registraron 93 solamente 24 tienen una iglesia, y la mitad de ellas está en reconstrucción; las capillas abiertas al culto con 28; es decir que el 46% de las parroquias no tienen lugar en donde se pueda celebrar la Santa Misa; el número de los feligreses es de 300,000, de diferentes nacionalidades, pero en su mayoría rusos.
En 1993 se abrió el seminario diocesano en Moscú "María Reina de los Apóstoles” (ahora en San Pietroburgo) el próximo año 1999 serán ordenados los primeros sacerdotes formados ya en Rusia, hecho que no ocurría desde 1917.
En 1991 se inauguró en Moscú el Colegio de Teología Católico «Santo Tomás de Aquino», este colegio tiene cuatro filiales en distintas ciudades de Rusia, donde se preparan 300 estudiantes, con estudios teológicos adaptados para laicos.
En 1991 comienza la organización benéfica «Caritas» y en 1994 el periódico semanal católico .
La jerarquía de la Iglesia católica en la parte europea de Rusia está actualmente representada por 2 Obispos, ya que el 7 de junio de 1998 fue consagrado el sacerdote alemán Clemens Pickel; a él quedó sujeta jurídicamente la parte sur de esta zona europea. Actualmente en la Rusia europea trabajan 115 sacerdotes, de los cuales solamente 8 son ciudadanos rusos, el resto han venido de 16 diferentes países del mundo; desde Corea hasta Argentina. Las religiosas somos 127 de las cuales únicamente 10 son rusas y el resto pertenecemos a 17 diferentes países del mundo: desde Corea hasta México. Verdaderamente Rusia es, hoy por hoy, el rostro de la Iglesia Universal.
A este punto de la ponencia, Su Excelencia Kondrusiewicz expone su agradecimiento a cada sacerdote y religiosa venido de más allá de la frontera, ofreciendo su vida y trabajo en Rusia diciendo: «sin ellos no hubiera sido posible, ni siquiera soñar en el florecimiento de la Iglesia».
Juntamente a estos logros existen problemas como son la obtención de la visa para trabajar en asuntos religiosos y en obras de beneficencia, la cual se concede únicamente por 3 meses, poniendo a la Iglesia católica en una difícil y limitada situación de trabajo apostólico.
El Año pasado recibimos el edicto de la nueva ley sobre «libertad de creencia y organizaciones religiosas» y con ella muchas dificultades para continuar la labor eclesial. Esta ley exige que todas las organizaciones religiosas que habían sido registradas oficialmente lo hicieran de nuevo. Nuestra Administración Apostólica, después de pasar inmensas dificultades, ha cumplido con este requisito. Así, hoy en día la Iglesia católica en Rusia, ya no se considera extranjera, sino una organización religiosa rusa. Ahora deben registrarse nuevamente cada una de las parroquias esparcidas por el territorio; pero el éxito de este trámite dependerá de las relaciones que existan entre los gobiernos estatales y la Iglesia católicas; en algunas regiones se prevén grandes dificultades. De acuerdo a esta ley, solamente aquellas órdenes religiosas que ya existían en Rusia desde 1917 tienen derecho a registrarse, el resto debe esperar 15 años como requisito.
Por otro lado, nosotros, como Iglesia Católica tenemos muy buenas relaciones con los musulmanes, protestantes, judíos y budistas. Sin embargo, nuestra relación con la Iglesia ortodoxa rusa no es tan sencilla, porque ellos nos culpan de extendernos en territorios canónicamente ortodoxos y de hacer proselitismo entre ellos. Una rápida ojeada a la historia testifica que los católicos estamos en Rusia desde el pasado; tampoco es verdad que hacemos proselitismo porque de hecho las conversiones de ortodoxos al catolicismo son mínimas. Además, nosotros no aceptamos que los ortodoxos se hagan católicos sin un largo tiempo de preparación. Hoy en día se preparan las normas oficiales que regularán a todos aquellos que quieran cambiarse a la fe católica, pero en cuanto se refiere a la conversión al catolicismo de los no bautizados, ellos tienen derecho a elegir libremente.
Al mismo tiempo, desde 1994 existe el Comité Interconfesional de consultación, en el que existen ya representantes ortodoxos, católicos y bautistas. Este comité ya ha sesionado en 2 ocasiones, después de esto cada uno se mantuvo ocupado resolviendo su propia situación frente a la mencionada ley, pero una vez superada esta situación, todos sentimos urgentemente la necesidad de trabajar unidos. Un buen signo fue que no hubo reacción negativa por parte de la iglesia ortodoxa, así como de los órganos gubernamentales, ante el reciente nombramiento de los 2 nuevos Obispos en Rusia.
A pesar de las dificultades es necesario constatar que la Iglesia Católica en Rusia poco a poco se va instituyendo como parte de la sociedad; esto nos da esperanzas en su futuro desarrollo. Concluye su Excelencia con el proyecto de establecer a la mayor brevedad posible la Conferencia Episcopal Rusa; que en parte pertenecerá tanto a la Confederación Episcopal Europea como a la Asiática.
Hasta aquí la ponencia de Monseñor Kondrusiewicz que nos permite concluir y coincidir con la Sierva de Dios, Madre Ma. Inés teresa Arias: «La Misionera Clarisa siembra, siembra siempre incansablemente en la tarea que se la ha confiado, y aunque vea que quizá ella no recogerá la cosecha, ¡qué importa! , con tal que sea rica y abundante. Sus hermanas cosecharán y es lo mismo; “quien siembra a manos llenas, a manos llenas cosechará”, dice el Apóstol»" (L.C. p. 201).
Es así como la Iglesia del pasado, la Iglesia del sufrimiento durante el régimen totalitario y la Iglesia de hoy en día ha contado con corazones, misioneros que sembraron y continúan sembrando con su vida la semilla del Evangelio, con la garantía de las palabras del mismo Jesucristo: «Id, pues, y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo… Yo estaré con vosotros siempre, hasta la consumación del mundo» (Mt. 28, 19-20)
HNAS. M. ELENA REYES, PATRICIA NOLASCO, BERHA RAFAEL. “una Conquista” C (segundo semestre 1998 No. 23
Toda mi admiración para estas misioneras y muchos deseos para que sigan sembrando y recolectando.
ResponderEliminarLa Iglesia Católica en Rusia junto con la Ortodoxa forman ese avanzar para la Unión de las Iglesias que tanto se desea en los distintos Pontificados de Roma.