Hoy quería poner alguna entrada muy bonita para el blog, pero no he tenido mucho tiempo para darme ese gusto, la verdad este ha sido un día un poco cansado, ha sido un día en los que Helena se "pronuncia" y es cuando me doy cuenta que vivimos una vida de normalidad en la anormalidad. Ahorita que ya estoy en los últimos momentos antes de ponerme a rezar y disponerme a dormir, me percato de lo cansado y doloroso que es tener una hija con problemas mentales, por lo general no me detengo a pensar en eso, simplemente así es y ya.
Mañana será otro día, espero, le pido a Dios, que tengamos una noche tranquila y podamos descansar, y entonces sí, mañana empezamos de nuevo, procurando seguir las rutinas que a ella le dan seguridad. No es tan difícil.
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