Se habla en meteorología de la "tormenta perfecta", hace poquito lo escuché en las noticias hablando de una tormenta que azotó a España, y creo que hasta hay una película que así se llama.... bueno, nada que ver con lo que quiero platicar..... pero Vicky es "la amiga perfecta"... y como siempre el mérito es sólo de ella, tengo mucho tiempo de conocerla, y lo que para mi, la hace la amiga perfecta es que no solo compartimos la amistad y el gusto por muchas cosas sino que compartimos la fe y el apostolado.... eso fue lo que nos unió "perfectamente".
Como decía, el mérito de esta amistad pertenece solo a ella, porque sabe ser amiga, tiene un carácter amable y una sonrisa a flor de piel entre otras muchas cualidades. Como todos en este mundo tiene problemas y preocupaciones. Su trabajo siempre ha estado relacionado con la Iglesia, lo que la hace doblemente espiritual.
Cuando compartimos el apostolado en la catequesis, que fueron para mi "los tiempos felices"... aprendí tanto de ella, me asombre y admiré de su capacidad para realizar tareas que sobrepasarían a cualquiera y lo hacía (lo hace), con una rapidez y sencillez que casi pasa inadvertida. Podía preparar material por miles, corregir mis trabajos y compaginar cientos o miles de hojas en un tiempo record, cuando me apuntaba para ayudarle terminaba siendo un estorbo. Perparaba y organizaba jornadas regionales o diocesanas, peregrinaciones, trabajo de oficina, cursos, pláticas, reuniones etc,. etc., etc. y etc. y más etc.... con una precisión impresionante, hacía que camiones con cientos de gentes salieran de la ciudad a otros lugares, totalmente acomodados, con sus hospedajes correspondientes y toda la información necesaria... y lo mismo si aquí era la ciudad anfitriona, ella tenía y mantenía todo bajo control, hasta ahorita nadie lo ha podido hacer mejor, mucho menos uno solo... el trabajo que ella hacía por sí sola, ahora necesitan por lo menos a tres o cuatro personas.... y como siempre alguien más era quien se "paraba el cuello" .Pero sobre todo, lo que prevelecía era la armonía porque todo esto lo realizaba, mirando a cada uno como si no hubiera otra persona en el mundo a quien tuviera que atender y era (es) así, porque su vida está totalmente dedicada al servicio. Un servicio verdadero, profundo, que emana de su unión con Dios, de su comunicación con Él a través de la Eucaristía diaria... de su oración.
No puedo dejar de platicar que Vicky fue llamada de la Catequesis Nacional para ser representante de México en un Encuentro a nivel mundial y fue a dar hasta Francia... ella solita... y se preparó de todo a todo, hasta aprendiendo francés, así es ella, todo lo que hace, lo hace a plenitud ¿qué lindo verdad?
Y quedándome corta, como siempre que se toca la vida de una persona, tendría que platicar de todos aquellos momentos de risas y más risas, de momentos entrañables de paz interior, de pláticas sobre nuestros problemas y angustias, de los dolores y pérdidas, de nuestro quehacer apostólico, pero sobre todo, puedo decir, que mi amistad con Vicky está siempre llena de alegría. No sé si se nota pero la quiero mucho... y aunque en esta épocas no hemos podido vernos tan seguido como quisiéramos, la amistad es de por vida y para siempre, porque yo sé.... que también se mantendrá en el cielo.
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